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domingo,
30 de
octubre de
2005 |
La difícil tarea de calificar
El Burrito no juega bien, pero es uno de los que más desequilibra en Newell's
Qué difícil que es calificar a Ariel Ortega. Cuán complicado es interpretar si su bajo rendimiento se debe a un problema físico, personal o de juego. Encuadrar a Ortega dentro del presente de Newell's no es una tarea sencilla. Porque con muy poco sobresale. El plus que le otorga ser un jugador distinto se demuestra en la cancha en algunas circunstancias. A saber: cuando está enchufado, cuando el rival lo suelta un poco y le deja manejar la situación con el primer enganche, y cuando el partido es caliente y necesita una cabeza fría. No mucho más.
Ayer no jugó en el primer tiempo, pero, no obstante, lo vio a Belluschi por el rabillo del ojo para que Fernando ponga el 1 a 1. Eso después de que Zapata le "descerrajara" un rosario de insultos por una maniobra demasiado individual sobre la izquierda del ataque rojinegro, que generó un contraataque que obligó a Pepi a correr a medio Boca para recuperar la pelota.
En el balance de los noventa minutos, el Burrito jugó un partido de puntaje regular, pero exceptuando a Belluschi, fue el jugador que más peligro arrimó sobre Abbondanzieri dentro de la pobreza franciscana que fue la generación de juego ofensivo del equipo de Pumpido. Pase gol a Belluschi, asistencia a Lucero en el complemento para dejarlo mano a mano con el arquero de la selección y robo a Calvo saliendo del área para meter un centro que sólo hubiera necesitado el roce de una pierna leprosa para convertirse en el segundo empate.
Se fue al entretiempo como candidato al cambio. Volvió renovado, encontró espacios y generó, junto con Belluschi, lo poco que hizo Newell's en el partido. Que Ortega sea una figura casi decorativa en el presente rojinegro, ¿es sólo responsabilidad de él? ¿El equipo lo aprovecha de acuerdo a su capacidad? ¿Newell's aprovecha a Ortega? ¿El Burrito, se aprovecha de Newell's?
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