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domingo,
30 de
octubre de
2005 |
Acusaciones pendientes
y problemas de memoria
El fiscal especial Patrick Fitzgerald advirtió que el caso conocido como Ciagate, que ya hizo renunciar a Lewis Libby, el jefe de gabinete del vicepresidente, todavía no está cerrado. La peor noticia para la Casa Blanca no es la imputación de Libby, sino el anuncio de que la investigación sobre Karl Rove, el cerebro político de Bush y uno de los implicados en el escándalo, seguirá abierta. Entretanto, el presidente admitió que el caso de la filtración era "serio", pero agregó que quería permanecer "totalmente enfocado en los problemas y oportunidades que tiene este país" mientras continúa la investigación. Por su parte, Libby podría usar como defensa en los cargos de perjurio y falso testimonio sus problemas para "recordar". Según su abogado Joseph Tate, no puede esperarse que un funcionario muy ocupado, inmerso en deberes muy importantes, recuerde detalles de conversaciones efectuadas hace mucho tiempo.
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