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sábado,
29 de
octubre de
2005 |
Confesaron los asaltantes de una panadería
Son dos jóvenes que hace un mes encerraron a seis personas en un horno encendido para robar
Santa Fe.- Dos jóvenes que fueran detenidos días atrás en la ciudad entrerriana de La Paz admitieron ayer ser los responsables de haber metido en un horno al propietario y a cinco operarios de una panadería en el marco de un asalto a ese comercio de esta ciudad. Además, se confirmó que uno de los muchachos apresados y que ahora se declaró culpable, es hijo y hermano de dos de las víctimas del episodio.
El episodio se registró el 30 de setiembre en la panadería El Fortín, ubicada en Brasil al 4500 del barrio Barranquitas, en el noroeste de la ciudad. La madrugada de aquel día, un grupo de maleantes llegó al comercio y redujo a los obreros que preparaban las masas para la producción. Tras ello accedieron a la vivienda del dueño del comercio, Aurelio Gigliotti, en la planta alta del local y obligaron al hombre a acompañarlos mientras dejaban encerrada a su esposa en una habitación de la casa.
Así las cosas, los ladrones obligaron a Gigliotti y a sus operarios a ingresar a una habitación contigua al horno ya encendido y con una temperatura cercana a los 70 grados, donde quedaron encerrados.
La policía, alertada por la esposa del panadero, llegó justo en el momento en que las personas encerradas en el horno se iban quedando sin oxigeno y logró abrir la puerta que tenía puesta una traba metálica. Dos de las personas encerradas debieron ser trasladadas al hospital Cullen, porque presentaban principio de asfixia. Los asaltantes en tanto habían huido.
Ahora se pudo saber que a través de la zona de islas lograron huir a Entre Ríos, refugiándose en la ciudad de La Paz. Allí uno de ellos tuvo problemas de salud y se hizo atender en un hospital zonal. Como no era conocido en la región se dio parte a la policía y entonces se pudo determinar que se trataba de uno de los asaltantes de la panadería, que estaban identificados y eran intensamente buscados.
Trasladados a Santa Fe e interrogados por el juez Darío Sánchez confesaron su participación en el hecho. Uno de los asaltantes tiene 20 años y había trabajado en la panadería, donde aún se desempeñan su padre y un hermano. Ante el juez habría manifestado que fue obligado por su compinche a encerrar a sus familiares en el horno, pero el magistrado deberá establecer la veracidad o no de su versión.
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