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miércoles,
26 de
octubre de
2005 |
Antes del viernes el fiscal acusaría a altos funcionarios de Bush
El vice de EEUU, Dick Cheney, quedó
involucrado en el escándalo del Ciagate
Según el New York Times, podría haber sido él quien reveló el nombre de una agente secreta a la prensa
Nueva York. - El Ciagate, el escándalo que preocupa cada día más a la Casa Blanca, afecta desde ayer directamente al vicepresidente Dick Cheney. Notas en poder de un fiscal federal indican que el secretario de Cheney, Lewis Libby, conoció la identidad de una agente secreta de la CIA a través de su propio jefe, según The New York Times. La filtración de la identidad a la prensa del nombre de la agente originó el caso. Antes de este viernes, el fiscal de la causa debe decidir si pide el procesamiento de Libby y de otro involucrado en el escándalo, el poderoso asesor de la Casa Blanca Karl Rove.
El Ciagate consiste en la filtración desde el gobierno norteamericano de la identidad de la agente secreta de la CIA Valerie Plame en represalia contra su esposo, Joseph Wilson, un diplomático que denunció en el New York Times que la acusación de la Casa Blanca contra Saddam Hussein sobre que había comprado uranio en Africa para fabricar armas atómicas era falsa. La filtración del nombre se produjo en 2003, poco después de que EEUU invadiera Irak y de que Wilson publicara su artículo. Wilson tenía particular autoridad en la materia, ya que fue él el encargado por Washington de investigar la presunta compra de uranio por Irak en Africa.
El caso tiene contra las cuerdas a la Casa Blanca. El fiscal especial Patrick Fitzgerald, de Chicago, está a cargo la investigación. Rove, un asesor con más poder real que muchos miembros del gabinete, es considerado el "creador" de las dos presidencias de George W. Bush. Ya ha debido presentarse ante el jurado cuatro veces para dar cuenta de su papel en el caso. Libby, jefe del gabinete de Cheney, también ha debido testificar. La filtración del nombre de un agente encubierto de la CIA es un delito federal, pero además en el Ciagate se suman los agravantes de entorpecimiento a la acción de la Justicia, ya que se cree que los funcionarios buscaron frenar o desviar la investigación.
Una conversación particular
El New York Times aseguró ayer que las notas tomadas durante una conversación realizada el 12 de junio de 2003 entre Cheney y Libby difieren de la versión dada por Libby al prestar declaración ante el jurado. En esta segunda versión Libby dijo que habían sido unos periodistas los que le habían mencionado por primera vez el nombre de la agente Plame.
Libby ha surgido recientemente en el centro de la investigación penal del fiscal Fitzgerald debido a la conversación que sostuvo acerca de Plame con la periodista del Times Judith Miller, quien pasó 85 días presa por negarse a revelar sus fuentes en el caso. Miller dijo que Libby le habló en tres ocasiones acerca de Plame y de su esposo, el diplomático Wilson, aunque no le mencionó necesariamente que era agente encubierta.
La novedad es que las notas de Libby indican que el vicepresidente Cheney supo que Plame trabajaba para la CIA más de un mes antes de que su identidad fuese divulgada públicamente por el columnista Robert Novak. Este es un periodista conservador con conocidos lazos con el gobierno republicano.
El Times afirma que las notas de Libby indican que Cheney obtuvo su información acerca de Plame y su esposo a través del entonces director de la CIA, George Tenet. Las notas de Libby sobre su conversación con Cheney el 12 de junio de 2003 ponen al vicepresidente por primera vez en el centro del caso Plame o Ciagate, según abogados citados por el Times. La fecha de las notas es significativa, hace notar el Times: era el período en el cual la Casa Blanca intentaba averiguar todo lo posible sobre su "enemigo" Joseph Wilson, quien había publicado su denuncia sobre Irak poco antes. Novak dio a conocer el status de agente secreta de Plame el 14 de julio de 2003.
Sin embargo, las notas no sugieren que Cheney ni Libby supieran en ese momento que Plame era una agente encubierta. Dar a conocer la identidad de un agente encubierto es un delito federal, pero sólo si quien lo hace conoce ese carácter. Mucho personal de la CIA no es agente encubierto. Pero los esfuerzos de Libby para desviar a los investigadores de su conversación con Cheney podrían ser considerados por el fiscal Fitzgerald como una acción ilícita para bloquear la investigación.
Funcionarios de la Casa Blanca se negaron a comentar la novedad con el Times y el abogado de Libby rechazó precisar el status legal de su cliente. A su vez el vocero del fiscal declinó comentar el asunto.
Fitzgerald debe decidir si presenta cargos en el caso antes del viernes, cuando expira el plazo del jurado. Tanto Libby como Rove enfrentan posibilidades ciertas de ser acusados, según los abogados del caso, pero no se sabe si existen otros funcionarios que también podrían ser imputados por el fiscal.
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Dick Cheney habría exigido el nombre de la agente al jefe de la CIA.
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