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miércoles,
19 de
octubre de
2005 |
ANALISIS
Los discursos
del señor K
Walter Palena / La Capital
Como buen pragmático y peronista, Néstor Kirchner tiene varios discursos de campaña y los utiliza según el distrito donde se encuentre y de acuerdo a las encuestas que le acerca su selecto grupo de asesores.
Por eso, no pasó inadvertido el reto público que el presidente les propinó a algunos peronistas santafesinos que andan reclamando el voto so pena de que la provincia no reciba el vuelto de ese favor electoral en obras públicas.
El desliz de Carlos Reutemann exhortando a la población a votar a Agustín Rossi porque de lo contrario no va a haber obras de la Nación en Santa Fe fue correctamente ubicado en su dimensión por el santacruceño en el acto del lunes en Rosario. El presidente, a pesar del disgusto que le ocasionó el tronar de la marchita, puso en su lugar ciertos exabruptos cuando dio a entender que no iba a condenar a Rosario y a la provincia si los resultados de las urnas le fueran adversos al Frente para la Victoria.
Pero ese discurso respetuoso, republicano, rápidamente se evaporó cuando le pidió al electorado porteño que lo ayude con el voto a Rafael Bielsa y compañía. "Para seguir haciendo las cosas que hay que hacer en la Argentina, si no los tengo a ellos (sus candidatos) me van a extorsionar y me van a llenar de trabas con tal de conseguir alguna prebenda. Por eso es muy importante que voten a los candidatos del Frente para la Victoria en Capital Federal. ¡Vótenlos!", exclamó Kirchner ayer en el barrio porteño de Nueva Pompeya en una recorrida proselitista junto al canciller-candidato.
Entre este discurso "extorsivo" hacia el electorado porteño y las palabras sensatas que pronunció en Rosario pasaron apenas 24 horas. Lo que criticó aquí con buen tino se consumió en esa exhortación autoritaria a favor de la troupe del canciller.
Además de la ambigüedad de sus discursos, Kirchner tiene una rara forma de interpretar el pasado. Los que están con él pero no resistirían un archivo periodístico (sólo tiene que mirar a su alrededor) son "buenos" e inmaculados. Los que piensan distinto, en cambio, son dirigentes que se "reciclan permanentemente".
Kirchner, a esta altura del devenir democrático, debería saber que un sistema republicano también se construye con la oposición. De lo contrario, la elección del domingo no tendría razón de ser.
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