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miércoles,
19 de
octubre de
2005 |
Dos millones de niños
quedaron sin hogar en
Pakistán por el sismo
Otros 250 mil permanecen sin asistencia. La ONU clama por ayuda mientras la situación de los refugiados empeora
Dos millones de niños quedaron sin vivienda en el norte de Pakistán y Cachemira, y unos 250 mil permanecen sin asistencia tras el terremoto del 8 de octubre último, informó ayer el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). Según la organización, los temblores mataron a unos 32 mil niños en ese país asiático.
Pese a la urgencia, Naciones Unidas recibió sólo cinco por ciento de los recursos que pidió para asistir a víctimas del terremoto, dijo ayer la portavoz de la Oficina de Naciones Unidas para Coordinación de Asuntos Humanitarios (Ocha), Elisabeth Byrs.
El portavoz de Unicef, Damien Personnaz, advirtió que la cifra de niños sin asistencia puede crecer a 420 mil en un mes, cuando las vías de acceso a regiones devastadas por el terremoto queden interrumpidas por el mal tiempo.
"Estamos todavía en la fase de supervivencia y hay que temer lo peor. La prioridad son las tiendas. Son necesarias 600 mil, pero sólo recibimos 40 mil", dijo el vocero.
Al menos 53 mil personas murieron en Pakistán, 40 mil de ellas en la Cachemira paquistaní, según los últimos reportes oficiales.
"Unicef está extremadamente preocupada. Las últimas informaciones sobre niños víctimas del terremoto del 8 de octubre pasado, hasta hoy (por ayer), es de 32 mil muertos y 42 mil heridos", sostuvieron los mismos voceros.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que las miles de personas afectadas por el terremoto requieren, además, asistencia con provisión de agua potable y medidas de prevención por posibles brotes de epidemias.
Frío implacable
El frío en las zonas devastadas por el terremoto se ha cobrado las primeras víctimas, dijo ayer el comisionado federal para la ayuda, comandante general Farooq Ahmed, en Islamabad, sin ofrecer cifras exactas.
Mientras, los soldados rescataron con vida en Pakistán a una niña de cinco años de entre los escombros de una casa. El equipo de rescate del ejército había volado a Hassa, en el norte de Pakistán, para llevar al pueblo alimentos y tiendas de campaña para los sobrevivientes. A su llegada, una aturdida mujer pidió ayuda a los hombres.
"La mujer dijo que había oído unos gritos débiles de su hija", informó un portavoz del Ejército en Balakot. "Desescombramos de inmediato. Con un poco de esfuerzo encontramos a Tajunnissa. Estaba inconsciente y débil, pero su corazón aún latía. Nos apresuramos en llevarla a un centro sanitario próximo. Allí recibió oxígeno".
El catastrófico sismo abrió ayer a los paquistaníes una puerta para la reconciliación con su viejo enemigo, la India.
El presidente paquistaní, Pervez Musharraf, hizo un pedido dramático a la India para que les permita a los habitantes de la dividida Cachemira afectados por el terremoto ayudarse entre sí a lidiar con el desastre.
India accedió con una velocidad inusual.
Los sobrevivientes acusaron a los dos gobiernos de poner la política antes que la ayuda humanitaria desde que ocurrió el terremoto, que afectó duramente a la Cachemira paquistaní. (Telam, DPA y Reuters)
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