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domingo,
11 de
septiembre de
2005 |
Japón decide hoy si toma el
camino de la reforma del Estado
El premier Koizumi impulsa la privatización del correo, que también es el mayor banco del mundo
Tokio. - El destino y la carrera política del primer ministro de Japón, Junichiro Koizumi, dependen de las elecciones parlamentarias de hoy. También la agenda de reformas económicas que impulsa para dinamizar a la adormecida economía japonesa, la segunda del mundo.
Desde que comenzó su gestión en abril de 2001, Koizumi ha estado prometiendo un cambio en Japón y la renovación en el gobernante Partido Liberal Democrático (PLD), en el poder casi ininterrumpidamente desde hace casi 50 años.
En agosto hizo justamente eso: llevó a su partido a una fractura. Tras el rechazo en julio de un paquete de leyes de reforma presentado por el jefe de gobierno, disolvió el Parlamento y convocó elecciones legislativas. El nudo del proyecto era la privatización de la enorme empresa estatal de correos, que también funciona como la más grande caja de ahorros del mundo.
Su forma llana de hablar y su "cabellera de león" le permitieron ganar popularidad, especialmente entre las mujeres. Koizumi es conocido por su sentido común, pero también ha dejado entrever su impaciencia al asegurar un día que nunca volvería a hablar con la prensa tras acusar a los medios de poner palabras equivocadas en su boca.
Ha acusado también a algunos medios de prensa de brindar visiones positivas sobre el opositor Partido Democrático de Japón (PDJ) y a la vez realizar duras críticas a su plan de reforma. Según una encuesta de Japan Broadcasting Corp realizada el 5 de septiembre, el 33,8 por ciento de los consultados apoya al PLD, mientras un 15,4 por ciento respalda al PDJ.
Pero pese a que Koizumi mantiene todavía altos niveles de popularidad, algunos de sus aliados lo han criticado por intentar construir una dictadura y por mantener "hombres incondicionales" a su alrededor. Koizumi ha tenido poca tolerancia con todo aquel que se ha interpuesto en el camino de su revolución política. Expulsó a 37 miembros del PLD que votaron en contra de su controvertido plan para privatizar el servicio postal, que sustituyó por jóvenes reformistas.
El objetivo de privatizar el correo es reducir la dimensión del Estado nacional. El servicio postal administra actualmente 331 billones de yen (unos tres billones de dólares) en ahorros y seguros, lo que lo convierte en el mayor banco del mundo.
En cambio, el PDJ propone una reforma en el sistema de pensiones y de cuidado infantil. Pero ambos partidos impulsan en tanto un mayor flujo de fondos hacia el sector privado con el fin de apuntalar la recuperación de la economía japonesa.
Koizumi apostó su carrera política al disolver la Cámara baja. Anunció además que dimitirá si el PLD fracasa en la formación del nuevo gobierno de coalición.
Para mejorar las posibilidades de que el PLD y sus aliados obtengan la mayoría en los comicios de hoy, Koizumi designó a nuevos y atractivos candidatos en los distritos en los que se destacan los oficialistas disidentes, contrarios a su plan de reformas.
El jefe de gobierno eligió a siete candidatas, entre ellas una experta en cocina y una ex presentadora de televisión. Son las personas designadas por Koizumi para llevar a cabo la misión de arrebatar los votos a los rebeldes del PLD. Sin los 37 escaños que ocupan ahora los disidentes oficialistas, el partido no puede obtener la mayoría parlamentaria.
Expulsados del partido gobernante, los rebeldes fueron forzados a postularse como candidatos independientes o abandonar sus carreras políticas.
Los seguidores de Koizumi aseguran en tanto que la presentación de nuevos políticos sin experiencia representa una apertura del PLD y rompe con viejas tradiciones. Pero los críticos afirman que sólo es una táctica para aferrarse al poder.
Incluso si gana, permanecerá el interrogante acerca de cómo hará Koizumi para imponer su paquete de reformas en la Cámara alta, que votó en contra de este proyecto y no sufrirá cambios en estas elecciones. Koizumi ha logrado sacudir el PLD y la política tradicional japonesa, pero las elecciones de hoy serán un buen indicador de cuán rápido podrán ser aplicadas las reformas. (DPA)
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