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 domingo, 04 de septiembre de 2005  
Entrevista. El autor de "Soy Roca" y sus apreciaciones sobre el poder
Félix Luna: "La chequera de Kirchner está funcionando a pleno"
El historiador dice que el santacruceño va a ganar las elecciones pero no logra entender por qué vive enojado

Walter Palena / La Capital

Félix Luna es de esas personas a las que el paso del tiempo le otorgan un aura de aceptación casi unánime. El prestigioso historiador, autor de obras memorables como "Soy Roca" o "Los caudillos", retacea hablar de la coyuntura política sin darle una perspectiva histórica. Ese es su trabajo, dice, porque predecir los acontecimientos con unos pocos datos sueltos es un terreno propio para profetas.

De todas formas, concede la posibilidad de hablar sobre el presente y de quien en estos momentos monopoliza el discurso político: Néstor Kirchner. "Creo que va a ganar de manera razonable las elecciones; su chequera está funcionando a pleno", dispara con tono inocente.

Luna fue ovacionado por la platea que el miércoles colmó el auditorio de la Bolsa de Comercio, invitado a presentar el libro de Miguel Angel De Marco (h) sobre la vida Carlos Sylvestre Begnis (ver aparte). Antes, en un mano a mano con La Capital, abordó temas de actualidad, no sin antes aclarar que lo suyo corre por otras rutas de análisis. "Trato siempre de ver las cosas en perspectiva histórica, lo que exige imparcialidad, honestidad, no tomar partido simplemente por prejuicios o por adhesiones previas que uno tenga", dice.

-¿En perspectiva, cómo analiza lo que sucede en estos momentos?

-Veo que ocurre un fenómeno un poco inexplicable. El país anda bien, económicamente la recuperación es un hecho en todo sentido. Sin embargo, desde el gobierno se observan gestos de crispación, de exasperación permanente.

-¿A qué cree que obedece eso?

-Puede ser a la naturaleza misma de los gobernantes, o bien a una estrategia. Si es lo segundo, creo que es una estrategia equivocada. A la larga esto no es bueno porque contribuye a la división de la sociedad argentina, al reduccionismo, al blanco y negro. Yo, por lo menos, tengo cierta edad para ver que las cosas no son necesariamente negras o blancas. Hay grises, y hay muchos matices dentro de los grises.

-¿Este comportamiento de Kirchner lo vio en algún otro presidente elegido por el voto popular?

-Hay algunos que tuvieron la tentación de echarles la culpa a los conspiradores. Hay una tentación de los gobernantes por alterarse. Las crispaciones de los presidentes suceden cuando se les va escapando el control del gobierno. Entonces, atribuyen la culpa de lo que pasa al imperialismo o a las fuerzas disolventes internas. Pero en estos momentos no hay motivos para enojarse porque el país anda bien. No entiendo por qué Kirchner se exaspera todo el tiempo y todos los días.

-Pero con esas actitudes Kirchner alcanza importantes niveles de aceptación popular...

-Bueno, puede ser una estrategia que a corto plazo tenga rédito, pero a mediano y largo plazos eso es malo.

-¿No será porque la sociedad argentina también es proclive a la soberbia y a la fanfarronería?

-No lo sé. Hemos tenido gobiernos auténticamente democráticos que no han tenido necesidad de apelar a estos tipos de recursos autoritarios.

-¿Observa un proceso de descomposición del PJ?

-Al justicialismo lo veo dividido, pero muy vital al mismo tiempo. No observo, en principio, síntomas de descomposición. Lo que pasa es que hay una terrible lucha por el poder, y eso sí puede ser letal.

-¿Cómo analiza la dicotomía que se da en provincia de Buenos Aires donde confrontan "lo nuevo" con "lo viejo"?

-Es bastante ficticia. No veo que Duhalde encarne lo viejo y Kirchner lo nuevo. Tampoco creo que lo viejo sea necesariamente malo y lo nuevo necesariamente bueno. Esa es una dicotomía falaz.

-¿Por qué, entonces, todos coinciden en señalar que esa es la madre de todas las batallas?

-Porque estamos en víspera de una elección. Y los comicios de octubre serán una de las pruebas sobre si la estrategia confrontativa de Kirchner es equivocada o no.

-¿Cómo cree que le va a ir a Kirchner en esa elección?

-Le va a ir bien, pero no va a ser un plebiscito, como lo marcó en un principio. Va a ganar razonablemente las elecciones porque el aparato del poder se ha movido mucho, se ha sobornado mucho. La chequera del presidente está funcionando a pleno. Bueno..., lo mismo hizo Menem en su momento. Lo que pasa es que Kirchner debe darse cuenta de que la gente que estuvo con Menem y ahora está con él mañana también se le va a dar vuelta porque tiene alma de mercenarios.

-¿Y qué culpa le cabe a la oposición en este proceso de hegemonía política del peronismo?

-Muchas, pero este es un momento muy especial. Estamos en vísperas de acontecimientos, de procesos políticos mucho más complejos. A lo mejor estamos hablando de partidos que dentro de cuatro años no van a existir más y van a aparecer nuevas fuerzas que hoy uno ni siquiera sueña.

-¿Cómo cuales?

-No lo sé. Soy historiador no profeta.
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