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sábado,
03 de
septiembre de
2005 |
Yo opino
El valor del trabajo científico
Iván Andrés Davidovich (*)
"La diferencia respecto a lo anterior es que el mundo se ha dado cuenta de lo que significa la física para los seres humanos; y que percibe que ella hace historia universal"
Dessauer (1947)
En 1905, hace ya un siglo, Albert Einstein -que hasta ese momento no era más que un empleado de la Oficina Federal para la Propiedad Intelectual de Berna (Suiza) con mala reputación en la comunidad científica- envió tres artículos a la renombrada publicación científica Annalen der Physik que revolucionaron la visión que los científicos tenían del mundo, pero también en la vida cotidiana del hombre no científico.
Es cierto que el impacto de la relatividad especial y la mecánica cuántica en la vida cotidiana contaron con una difusión mucho mayor que las de Newton o Copérnico gracias, en gran parte, a los medios de comunicación. Así el 28 de enero de 1928, el The New York Times publicó un artículo en el que expresaba la gran confusión e incertidumbre que sin duda sentía la mayor parte de la sociedad frente a estas teorías. La gente sentía que eran confusas, muy difíciles de comprender y hasta misteriosas.
Esta imagen de las teorías no quedaba reservada únicamente a los no científicos, sino que en ocasiones incluso algunos físicos tenían problemas para entenderlas. Y los pocos que contaban con un buen nivel de esclarecimiento en ocasiones no hacían más que agravar esta impresión. Pero estas dificultades no desanimaron a la gente, por el contrario, existía un interés bastante fuerte por estas dos teorías.
Descubrí también que tanto el interés como el desconocimiento del contenido de las teorías son asuntos que siguen vigentes hoy en día. Al comenzar este trabajo pregunté de manera informal a la gente de mi entorno si consideraba que la teoría de la relatividad y la mecánica cuántica habían impactado en sus vidas. Descubrí que, en general, o bien desconocían por completo sus existencias o confundían sus logros con los de la relatividad.
Más allá de esto, todos acordaban en que el mundo moderno (y sus vidas) no serían las mismas sin estas teorías y lo explicaban en función de las aplicaciones tecnológicas que derivaban de las mismas; en particular, las telecomunicaciones, la informática y la energía nuclear.
Las teorías de Einstein también repercutieron en la filosofía. El planteo de estas teorías (en particular de conceptos como la incertidumbre) y algunas catástrofes masivas, como las dos Guerras Mundiales, hicieron que el hombre común y en particular los filósofos adoptasen una visión menos estricta y más liberal y despreocupada ante la vida. Así se sentaron las bases para corrientes filosóficas como el posmodernismo, también aparecieron la filosofía de la ciencia y el operacionalismo.
Algo muy similar al caso de la filosofía ocurrió en el arte, lo cual cobra especial importancia, ya que es una manera de expresión de los pensamientos y sentimientos de un individuo y en muchos casos de una sociedad, en un tiempo y lugar determinados.
En la literatura aparecieron obras como "The Gravity's Rainbow", de Thomas Pynchon o "The Poet and the City", de W. Auden. Este último escribe: "La ciencia moderna ha destruido nuestra fe en la observación ingenua de los sentidos: no podemos saber siquiera -nos dice- cómo es realmente el universo físico".
En la pintura surgieron también un buen número de pintores y obras que muestran un reflejo de estas dos teorías o de las interpretaciones que estas proponían. Tenemos así una obra como la de Salvador Dalí, que muestra la distorsión y dilatación temporal (planteada por la teoría especial de la relatividad).
Esta época es la de surgimiento de los movimientos de vanguardia como el cubismo, el surrealismo, el impresionismo, el dadaísmo, el expresionismo y el ultraísmo; todos consecuencia de ciertos sucesos como los estudios de Sigmund Freud, las dos Guerras Mundiales y la aparición de la teoría de la relatividad y la mecánica cuántica, que en conjunto planteaban la existencia de un mundo más allá de las percepciones y la abolición del determinismo, el comienzo de una era de incertidumbre e inseguridad. Las obras de Kandinsky y Picasso son parte de estos cambios.
No tengo dudas de que la teoría especial de la relatividad y la mecánica cuántica han tenido un impacto importante en la vida del hombre cotidiano, así como en otros aspectos de ésta como son la filosofía y el arte. Los avances tecnológicos han cambiado radicalmente nuestra vida de lo que era a principios del siglo XX, de la misma manera que las nuevas corrientes de pensamiento han modificado la forma en que vemos el mundo y en que aplicamos y utilizamos los progresos técnicos y científicos.
Lo que tal vez podría quedar por preguntarse es si estos avances se hubiesen dado de todos modos o no, si las figuras de Albert Einstein y otros científicos reconocidos (como Max Planck, Niels Bohr o Erwin Schrödinger), fueron determinantes en este proceso o si sus personalidades particulares no tuvieron nada que ver en todo esto.
(*) Tiene 17 años y es alumno del Politécnico de Rosario. Por este trabajo (extracto) fue premiado por el Instituto Balseiro de Bariloche (www.ib.edu.ar) y recibió una beca para poder visitarlo junto a otros estudiantes del país.
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