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viernes,
02 de
septiembre de
2005 |
Pakistán da un
paso histórico
en un encuentro
con Israel
Tan sólo una semana después del final de la evacuación de asentamientos judíos en la Franja de Gaza y en el norte de Cisjordania, Israel ha empezado a recoger los primeros frutos diplomáticos: Pakistán, uno de los mayores países musulmanes del mundo, anunció ayer por sorpresa su disposición a iniciar relaciones abiertas con el Estado judío.
Tras una rueda de prensa conjunta con su colega paquistaní Jurshid Kasuri en Estambul, el ministro del Exterior israelí, Silvan Shalom, habló de un "encuentro histórico que allana el camino a la paz".
La reunión Shalom-Kasuri fue la primera conversación pública de alto nivel de la historia entre los dos países, tradicionalmente rivales, y el canciller israelí dijo que quería usar la reunión como trampolín para ampliar las relaciones de Israel con el mundo árabe-islámico.
Israel espera que el establecimiento de lazos con Pakistán reduzca la hostilidad de otros Estados musulmanes. "Ha llegado el momento para una normalización completa de las relaciones con el mundo árabe", anunció Shalom.
Pero por el momento sólo se habla de "relaciones abiertas y buenas" entre Israel y Pakistán. "Por supuesto, esperamos que al final del camino esté el establecimiento de relaciones diplomáticas", subrayó Shalom.
Esto supondría un punto de inflexión decisivo para Israel, que en el pasado observó con gran preocupación la evolución del programa nuclear paquistaní, la "bomba islámica". El trasfondo del sorpresivo anuncio de Pakistán es, según observadores políticos, la alianza estratégica entre Israel y la India. El Estado judío se ha convertido en uno de los principales proveedores de armas de la India, y Pakistán teme quedarse atrás en su carrera armamentística con su vecino. También es probable que Estados Unidos haya influido en un acercamiento entre sus dos aliados.
La fuerza motora tras el encuentro en Estambul fue el presidente paquistaní, Pervez Musharraf, quien por este motivo ya ha sido fuertemente criticado por los islamistas de su país. El mandatario asegura haber recibido la bendición del presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas, para dar este paso.
Sin embargo, la reacción oficial palestina sonaba ayer poco entusiasta. "No es un tema de incumbencia para los palestinos", comentaban algunos funcionarios, y Abbas no puede decirle a un país independiente con quién puede mantener relaciones o no, disparaban otros.
Por el contrario, las organizaciones radicales palestinas reaccionaron indignadas. El portavoz de Hamas, Mushir al Masri, habló de "luto e ira" por la decisión paquistaní. "Estamos asombrados por la velocidad con la que estos países establecen relaciones con el enemigo sionista mientras éste sigue perpetrando masacres contra el pueblo palestino", aseguró.
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