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 sábado, 27 de agosto de 2005  
Otro día de tensión. Kirchner puso en práctica su nueva estrategia y liberó el puente Pueyrredón y Plaza de Mayo
Por primera vez impidieron cortes y se reavivó la pelea con los piqueteros
Desplegó un megaoperativo de más de mil uniformados. Los manifestantes anunciaron otra andanada de protestas

El gobierno impidió ayer por primera vez que grupos piqueteros realicen un corte en el puente Pueyrredón y una protesta en Plaza de Mayo. Lo hizo a través del despliegue de un gigantesco operativo integrado por más de mil uniformados de todas las fuerzas de seguridad nacionales.

La nueva estrategia oficial frente a las manifestaciones callejeras fue recibida con obvio rechazo por las organizaciones piqueteras, que anunciaron un nuevo plan de lucha para la semana que viene, con protestas sorpresivas.

Militantes del Movimiento de Trabajadores Desocupados Aníbal Verón, del Frente Popular Darío Santillán, de la Corriente Clasista y Combativa, del Bloque Piquetero Nacional y de otros grupos sociales y políticos pugnaron sin éxito durante la mañana y la tarde por realizar el ya tradicional corte de todos los 26 en memoria de los dos piqueteros asesinados en 2002.

El gobierno, con el ministro del Interior Aníbal Fernández a la cabeza, dispuso un amplio operativo que incluyó 800 efectivos de la Policía Federal, Gendarmería y Prefectura, que se apostó en inmediaciones del puente Pueyrredón, trabó el acceso de los manifestantes y garantizó el libre tránsito.

Ante la imposibilidad de lograr su cometido, los piqueteros, en tren, se movilizaron a Plaza de Mayo, pero al llegar -cerca de las 16- encontraron otro dispositivo similar, integrado por 700 efectivos, que también les impidió el paso.

El objetivo de la protesta y la posterior marcha era presentar un petitorio ante el gobierno y reclamar una reunión con el presidente Néstor Kirchner, pero el ministro Fernández dio a conocer la nueva posición oficial: "No habrá diálogo con la presión de los cortes".

Los dirigentes piqueteros anunciaron la desconcentración, pero pidieron ser recibidos por Kirchner. Ante la nueva negativa, anunciaron un nuevo plan de lucha que comenzará el lunes con una movilización al puente Pueyrredón, cortes sorpresivos en distintos puntos del país durante toda la semana y una marcha el viernes a Plaza de Mayo.

"No le tenemos miedo a la represión. Más miedo le tenemos al hambre, a la pobreza y a la falta de trabajo", dijo el dirigente piquetero Juan Cruz Daffunchio, del MTD Aníbal Verón, al terminar de anunciar las nuevas protestas.

Durante la mañana, el gobierno había anunciado que "no" existían "cambios en la política" sobre las protestas, pese a que, por primera vez en la administración Kirchner, se estaba llevando adelante un bloqueo total a los piqueteros.

La Casa Rosada -que siguió de cerca, con Kirchner al frente, todo el desarrollo de la jornada- advirtió que la orden era la de "no reprimir" y, al mismo tiempo, "garantizar la libre circulación del tránsito y evitar enfrentamientos con los manifestantes".

Ante la nueva estrategia oficial, Daffunchio aclaró que no se hará nada que provoque la represión, aunque calificó de "provocación del gobierno" el gigantesco operativo de seguridad montado para frenarlos y adelantó que las organizaciones no temerán a exponerse a nuevas protestas.


Los supervisores
El gigantesco operativo de seguridad fue supervisado durante todo el día por Kirchner y Aníbal Fernández. El propio ministro del Interior estuvo desde las primeras horas de la mañana ordenando a los uniformados y al menos en dos oportunidades presentó un informe detallado sobre la marcha del plan.

Kirchner había ordenado, en primer término, "no reprimir", pero también que se "garantice el libre tránsito" sobre el estratégico puente Pueyrredón, que una Capital Federal con la ciudad de Avellaneda.

Por la tarde, desde la Quinta de Olivos, Kirchner se mantuvo al tanto de la situación a través de contactos con el ministro del Interior y el jefe de la Policía Federal, comisario Néstor Valleca.

Sobre el puente Pueyrredón se apostaron efectivos de la Federal, sin obstaculizar el tránsito vehicular; mientras que en el puente viejo Nicolás Avellaneda hubo personal de Prefectura. En la estación Avellaneda unos 300 gendarmes formaron una especie de "corralito" protegiendo la puerta del lugar y se apostaron también sobre la vereda de enfrente.

Fuentes oficiales informaron que "ningún efectivo portó armas de fuego". La primera fila tenía escudos y bastones, y contaron además con al menos seis camiones hidrantes y lanzagases.


Solidaridad de Castells
El dirigente Raúl Castells expresó su "solidaridad" con los piqueteros que protestaron ayer en Capital Federal y denunció una "escandalosa y salvaje represión que desató el kirchnerismo".

En un comunicado que también firmó su esposa, Nina Pelozo, expresó su "solidaridad con los piqueteros que no pudieron entrar a la Plaza de Mayo" y cuestionó la estrategia que desplegó el gobierno para contener las manifestaciones callejeras.

"El único remedio que tiene el gobierno es la represión, la judicialización de las protestas y en encarcelamiento a los trabajadores", se quejó el titular del Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados (MIJD), recientemente excarcelado luego de haber realizado una huelga de hambre de dos meses.
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Las organizaciones de desocupados se toparon cara a cara con policías y gendarmes.

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