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sábado,
27 de
agosto de
2005 |
Drama en la capital de Francia: 14 de las víctimas son niños africanos
Diecisiete muertos en un incendio en París
Diecisiete personas —14 de ellas niños— murieron ayer en un incendio declarado en un edificio del oeste de París donde residían inmigrantes africanos, lo cual potenció una polémica sobre la situación de los alojamientos sociales en la capital de Francia.
El siniestro, en el que 30 personas resultaron heridas, se produjo cuatro meses después de otro que causó la muerte a 24 africanos, también en un hotel de París, donde los inmigrantes esperaban que se completaran los trámites de documentación.
El fuego destruyó en poco tiempo el edificio de principios del siglo XX y siete plantas situado a pocos metros del Sena, el barrio chino y la popular plaza de Italia.
En el centenario edificio vivían alrededor de 130 personas —casi 100 de ellas niños— procedentes de Mali, Costa de Marfil, Senegal, Argelia, Gambia y Mauritania. Todos ellos estaban instalados allí provisoriamente gracias a las gestiones de diferentes organizaciones humanitarias.
Poco más de dos horas y media necesitaron los 210 bomberos de las 22 unidades para dominar las llamas, mientras la densa columna de humo negro pudo verse desde cualquier punto de la capital francesa.
Mujer embarazada
De las 17 víctimas fatales 14 son niños, incluido un bebé de tres meses, mientras que una mujer embarazada figura entre las víctimas adultas. Mientras que de los 30 heridos hay dos que se encuentran en grave estado.
Según testimonios que se pudieron recoger en los alrededores del edificio, el fuego se propagó rápidamente por las viejas escaleras de madera hacia los pisos superiores.
“El edificio era muy viejo y estaba muy mal mantenido, pero quizás la causa fuera que estaba superpoblado, porque eran muchas las familias que vivían allí”, dijo la española Yolanda Carreton, portera de un edificio lindante con el siniestrado.
“Me despertaron los gritos y cuando salí a mi balcón vi mucha gente en las ventanas gritando y llorando porque el fuego estaba entrando en sus habitaciones. Algunos saltaron por las ventanas, fue realmente horrible. Los bomberos llegaron rápidamente y pudieron socorrer a la mayoría”, relató, aún muy conmovido, el comerciante Hocine Dhorazoo.
Según Dhorazoo, que tiene un negocio vecino al edificio, la estructura “tenía un estado deplorable que alcanzaba el plano higiénico”.
Un bar vecino del alojamiento y un gimnasio se transformaron en escenario de las operaciones de rescate, donde varias decenas de mujeres y niños africanos fueron atendidos poragentes de la Cruz Roja Internacional, la Protección Civil y un grupo de apoyo psicológico. (Télam)
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