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domingo,
21 de
agosto de
2005 |
Láser: avances de la felbología
El láser endovascular para el tratamiento de grandes y medianas várices es diferente al láser superficial trasdérmico o a la técnica con luz pulsada ya existente. Se trata del tratamiento mínimamente invasivo más avanzado y recomendado para las várices, inclusive las de gran tamaño.
El procedimiento se realiza en la sala de operaciones y no dura más de treinta minutos. Consiste en la introducción de una fibra óptica de 0,2 a 0,5 mm en el interior de la vena utilizando una cánula de teflón igual que las que se utilizan para transfundir sueros. La fibra óptica transporta la luz del láser al interior de la vena. El efecto del láser produce una foto termo obliteración que retrae totalmente a la vena enferma, trasformándola en un cordón fibroso que con el transcurso de los días desaparece totalmente.
La gran diferencia con las operaciones tradicionales es que se evita el arrancamiento de la vena, consiguiéndose el mismo resultado. El tratamiento de grandes várices con láser endoluminal o endovascular puede ser realizado con anestesia local, que se realiza solamente en el lugar donde están las várices, permitiendo una recuperación rápida y con escasas molestias.
Luego de realizado el procedimiento los pacientes pueden retirarse y en algunas oportunidades reintegrarse a sus tareas habituales.
Es un procedimiento altamente innovador, sencillo y eficazmente reconocido como método terapéutico por la FDA en los Estados Unidos que ha disminuido notablemente los riesgos de las intervenciones quirúrgicas.
Existe en los pacientes una negación y temor a ser tratados con técnicas quirúrgicas rechazando o dilatando el tratamiento, incluso en úlceras venosas de larga evolución.
Héctor Mazzurco
Angiólogo
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