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sábado,
20 de
agosto de
2005 |
Actividades alternativas en contraturno permiten mejorar los aprendizajes en el aula
Caminos posibles para volver a la escuela
La Escuela Nº 500 de
Villa Constitución recurrió
a los talleres y a las
nuevas tecnologías
Fabiana Monti / La Capital
Natalia tiene 13 años y es de Villa Constitución. Cuenta que desde chica salía con sus hermanos a pedir por las calles y no le interesaban los estudios. Un proyecto de educación a distancia sobre la contaminación de las aguas -tema que preocupa a la región- le abrió un mundo nuevo y la entusiasmó a estudiar y leer. Hoy relata tímidamente que es escolta a la bandera y que tiene más ganas de ir a la escuela.
Esta historia es una de la de más de 300 alumnos que concurren a la escuela Nº 500 Faustino Sarmiento de Villa Constitución. Precisamente el carácter urbano marginal de la institución les planteó al plantel docente el enorme desafío de repensar su rol pedagógico para dar respuesta al problema de la repitencia y la deserción escolar.
Incluida dentro del Programa Integral para la Igualdad Educativa (Piie), dependiente del Ministerio de Educación de la Nación, la escuela hace tres años que comenzó a integrarse a través de distintas propuestas que contemplan la realización de talleres de informática, inglés, técnicas artesanales, folclore, teatro, cocina y música en contraturno, además de incorporar las nuevas tecnologías (Tics) para el desarrollo de distintos proyectos como el del agua, "Viento blanco" (en colaboración con una escuela de la Antártida), arte virtual, entre otros.
"La crisis del cordón industrial impactó mucho en la región, y empezamos a observar cómo los chicos iban dejando de venir a la escuela", explicó la directora Cristina Acarraz.
Esta situación los motivó a asumir el desafío de pensar estrategias que permitieran recuperar a esos alumnos y por eso diseñaron distintas alternativas.
"Cada docente puso su granito de arena. Y si bien algunos se integraron más y otros se fueron sumando de a poco, empezaron a realizarse los talleres, donde no sólo aprenden música, a cocinar o artesanías, sino que se los aprovecha curricularmente, para afianzar contenidos", apuntó Acarraz.
Y a través de la "didáctica lúdica" se fueron creando otros espacios de aprendizaje que motivó más a los alumnos, ayudándolos a encontrar sus capacidades y aumentando su autoestima.
"Es increíble como estos cambios han impactado en los chicos. Muchos eran introvertidos y ahora están desinhibidos, con mayor autonomía. Y los efectos se pueden ver en los aprendizajes, en la transformación de hábitos", señaló María Zapata, docente de ciencias sociales y matemática.
La tecnología y la escuela
Otro de los caminos iniciado por la institución fue la de incorporar las nuevas tecnologías al aula. Y un contacto vía internet con un profesor mexicano les abrió las puertas para implementar el proyecto "En armonía con el agua", donde, en principio, con los alumnos de 7º año y luego, con los otros cursos, comenzaron a investigar la problemática sobre la contaminación que aqueja en la región. Así comenzaron a formar parte de un proyecto de la Unesco para América Latina y el Caribe sobre el tema. También surgió la posibilidad de crear aulas gemelas con una institución de la localidad de Ojeda, provincia de La Pampa, donde los chicos intercambian experiencias sobre este tema, a través de foros, correos electrónicos, chat y hasta video conferencias.
"Todas estas iniciativas fueron surgiendo a partir de contactos en la red y se fueron armando. A pesar de que muchos chicos no tienen computadoras en sus casas, cuando pueden juntar unas monedas se van a un ciber y saben lo que es un buscador, cómo enviar un mail o traer información", indicó Acarraz.
Finalmente, la directora destacó que para llevar adelante todas estas alternativas lo que une al personal docente es la pasión y "eso se trasmite", afirmó.
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