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miércoles,
10 de
agosto de
2005 |
Tucumán: el gobierno quiere que la investigación llegue hasta el fondo
Tucumán- El gobierno de Tucumán expresó que le resulta indiferente si es la Justicia Federal o la provincial la que investiga la polémica generada por el secuestro de 10 toneladas de comida que debían ser entregadas a personas de escasos recursos, y que fueron halladas en mal estado.
"Al gobernador le da exactamente lo mismo, sólo quiere que se dilucide esta situación", aseguró a la prensa el fiscal de Estado, Antonio Estofán, quien agregó que no moverán influencias para que actúe una u otra.
El ex legislador Gumersindo Parajón, quien efectuó la denuncia que concluyó el viernes pasado con el secuestro de la comida en una finca privada, había advertido que la investigación debía continuar en la órbita federal, porque si pasaba a la provincial "Alperovich podía comprar (a los jueces)".
El juez federal número uno de Tucumán, Jorge Parache, requirió documentación y analiza acordadas del Tribunal de Cuentas de la provincia para determinar si los fondos con los que habría sido comprada la mercadería humedecida eran nacionales.
Si los fondos (en el gobierno de Alperovich calculan que el dinero que perdieron oscila entre los 7.000 y los 8.000 pesos) no fueran nacionales, la causa pasaría al fiscal anticorrupción de la provincia, Pedro Gallo.
Mientras tanto, el fiscal federal Emilio Ferrer sigue con la investigación y, a su pedido, Parache ordenó cuatro allanamientos a depósitos oficiales y de empresas privadas (ya se concretaron tres) en el afán de secuestrar documentación vinculada a la causa.
La polémica se inició cuando Parajón, ex legislador radical y hoy titular del partido Pueblo Unido, denunció en la Justicia Federal que tres camiones habían partido de la capital hacia Burruyacu (departamento ubicado al este de la capital) con polenta.
Como consecuencia de la denuncia, Personal de Gendarmería y funcionarios judiciales allanaron una finca ubicada en Las Salinas (Burruyacu), sobre la ruta 305, a 23 kilómetros al noreste de la capital tucumana donde encontraron los alimentos vencidos que, aparentemente, se utilizaban para alimentar caballos. (Télam)
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