Hubo versiones sobre la renuncia a la candidatura a diputado nacional

El gobierno tuvo que aclarar que no existen roces con Rafael Bielsa

La presencia de la esposa del canciller en un acto por las víctimas de Cromañón habría generado la ira del mandatario

El ministro del Interior, Aníbal Fernández, negó que existan "roces" de algún funcionario del gobierno nacional con el canciller y candidato a diputado nacional por el Frente para la Victoria en la Capital Federal, Rafael Bielsa. Desde Zapala, donde acompañó al presidente Néstor Kirchner, Fernández utilizó una frase que, por su entonación, se prestó a la confusión.

"Cómo me lo voy a tomar... mal", respondió cuando se le preguntó sobre la presencia de la esposa de Bielsa, Andrea de Arza, en la convocatoria de los familiares de las víctimas de la tragedia de Cromañón.

Ante la duda que generó el significado de sus palabras, en el sentido de que había tomado "mal" esa presencia, el ministro del Interior aclaró, a través de sus voceros, que ese no era el significado de sus dichos. Además, agregó que "estamos viendo una alternativa para que se resuelvan en el ámbito de la Justicia las responsabilidades" de la tragedia.

Incluso, el titular de la cartera política admitió que él recibe "a los familiares de las víctimas de Cromañón todos los lunes".

Al referirse a los rumores acerca de una eventual renuncia de Bielsa a su candidatura y presuntos roces con otros funcionarios del gobierno, Fernández señaló que "no existe absolutamente nada de eso".

En ese contexto y aunque versiones desde distintos sectores afirmaron ayer que Bielsa mantuvo un encuentro con Kirchner, en la Casa de Gobierno no confirmaron esa reunión.

Varios funcionarios consultados descartaron que ambos hubieran conversado en las últimas horas sobre el manejo de la campaña del ministro que, según esos trascendidos, había generado malestar en el jefe del Estado.

Las versiones indicaban que el presidente habría expresado su malestar porque el canciller, en su calidad de candidato, envió a su esposa a un acto por las víctimas de Cromañón, lo que se interpretó como una desautorización al jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, respaldado por el Ejecutivo nacional.

Este cortocircuito se sumó a otros que ya habían enfrentado a ambos en las últimas semanas y que habrían provocado, según esas versiones, que Bielsa ayer pidiera a Kirchner "más libertad" en el manejo de su campaña electoral.

Ese encuentro oficialmente no se produjo y, en cambio, se dio un pormenorizado informe sobre las actividades de Kirchner. Según esa agenda, apenas llegó a la Casa de Gobierno el jefe del Estado se reunió con el ministro de Economía, Roberto Lavagna.

Poco tiempo después, Kirchner hizo ingresar a la vicepresidenta del gobierno español con quien mantuvo durante casi media hora una reunión de la que participó Bielsa, y luego ingresaron otros funcionarios, tanto argentinos como españoles. Terminado este encuentro, el presidente partió hacia Zapala, provincia de Neuquén.

El cancillar habría tenido un encontronazo con el presidente.