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 domingo, 31 de julio de 2005  
En Carcarañá todos hablan del "Gordo España"
Una ciudad sorprendida por la detención del hacker español
José Manuel García Rodríguez espera tras las rejas el trámite de extradición a su país

Walter Gasparetti / La Capital

Mientras en Madrid el Ministerio del Interior español daba por desbaratada una red de fraudes on line a bancos, en la cercana Carcarañá la gente no salía de su asombro porque allí se escondía desde 2004 el Gordo España, el hacker más buscado en la península ibérica y detenido el jueves por la noche. En su país de origen, José Manuel García Rodríguez era conocido como Tasmania, un especialista en la práctica del phishing (duplicar una página web, preferentemente de un banco, con fines delictivos). Mediante esa maniobra, junto a otros 15 piratas informáticos a los que estaba asociado, el joven habría acopiado varios millones de euros.

La detención de García Rodríguez, nacido en Algeciras (provincia de Cádiz), fue el tema del día en Carcarañá. Todos tenían algo para contar o para escuchar sobre el Gordo España. En tanto, el muchacho seguía ayer recluido en la delegación local de la Policía Federal a la espera de que la Justicia Federal tramite su extradición a Europa.

El Gordo amigo de los cibernautas de Carcarañá que se movilizaba en una Juki 50 era en realidad un hacker, como alguna vez se había jactado antes sus amigos en una noche de copas. De él se contaba ayer que había llegado a Carcarañá hace dos años escapando de un total de 14 órdenes judiciales de captura en su contra, 7 de las cuales implicaban su búsqueda internacional e inmediato ingreso en prisión.

¿Cómo llegó a Carcarañá?, fue una de las preguntas que saltó a la hora de escuchar sobre su detención. "Hace unos años dos pibes de Carcarañá se fueron a trabajar a España. Parece que allá lo conocieron al Gordo y le dijeron: «Vos te tendrías que ir a vivir a Carcarañá»", confió un vecino, que pidió la reserva de su identidad.

La tarde de ayer, cuatro o cinco de sus amigos retiraban algunas pertenencias de García Rodríguez de la casa que alquilaba en Sarmiento y 9 de Julio. Para ellos, ver un cronista fue como ver un fantasma. "A nosotros nos decía que se dedicaba a armar páginas web", contó uno de los muchachos en el lugar.

El denominador común de los pibes es que eran más jóvenes que el Gordo España. Dicen que era generoso. No tenía problemas en pagar los tragos. Era un consumidor de bebidas, donde tenían su lugar de preferencia los aperitivos, y le gustaba jugar a la quiniela. "Se la jugaba toda", se escuchó.

Los vecinos dicen que el muchacho, una vez por semana y siempre de noche, pedía una remís y viajaba hasta Rosario. "Iba a sacar guita de un cajero automático, pero no siempre del mismo banco. Por ahí iba al centro, otra veces se bajaba en Mendoza y Provincias Unidas, pero nunca pedía pararse en la puerta del banco. Se bajaba en la esquina y caminaba", confió una vecina.

"Una vez mirábamos la tele y apareció un cartel que decía «Buscan a un hacker español. Ofrecen recompensa». Nos miramos y uno dijo: «¿Mirá si es el Gordo?». Y nos empezamos a reír", recordó un adolescente.

Un comunicado del Ministerio del Interior de España dado a conocer ayer sostiene que García Rodríguez podría ser el autor de las mayores estafas realizadas en aquel país. Y añadió que se desarticuló la red de phishing más importante de España, en la operación denominada "Pampa-Tasmania", que se extendió en Madrid, Barcelona, Palencia, Valencia y Carcarañá. La operación se saldó, hasta este momento, con la detención de 15 personas de nacionalidades española, rumana, ecuatoriana, argentina e italiana.
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José Manuel García Rodríguez.

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