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domingo,
31 de
julio de
2005 |
Good show
Duendes se quedó con un clásico vibrante
Aníbal Fucaraccio / Ovación
Vibrante. Fue un clásico jugado desde el corazón. Y esta vez, el rugby no sufrió la fiebre de prejuicios y presiones que suele desatarse ante esta clase de compromisos cargados de rivalidad. Los equipos de Las Delicias lucharon intensamente por ganar y priorizaron los ataques por encima de las defensas. Y el principal beneficiado fue el espectáculo. Probablemente, por virtudes y defectos de ambos, fue el encuentro más atractivo de la temporada local. La tarde acompañó, la gente estuvo a la altura de las circunstancias y los protagonistas le dieron alma y vida a un choque apasionante. Fue triunfo de Duendes sobre Universitario por 35 a 30, pero pudo ser para cualquiera. Y el mejor premio para semejante derroche de actitud escénica fue que merced a los bonus que acumularon, los dos quedaron como punteros del torneo Regional del Litoral tras la disputa de la segunda fecha de la Zona Campeonato.
El comienzo del cotejo encontró a la visita jugando en campo rival e imponiendo su orden y su libreto, con paciencia para manejar la pelota y leyendo bien el juego. Así, a los 7', Duendes ya ganaba 12-0 con los madrugadores tries de Hagge y el Pitu Miralles.
Rápidamente, Uni recompuso sus líneas. Mantuvo su vehemencia para tacklear pero le agregó criterio para encarrilar el desborde inicial. Las voces de Moliné y Oviedo comenzaron a ser más escuchadas y el local cambió los roles.
Curiosamente, fue el equipo de Fasce y Rivas el que sacó ventajas con el funcionamiento de los forwards. Allí controlaba, lastimaba (y sorprendía) con el scrum y el maul. Con esas armas, logró dar vuelta el marcador 15-12 (tries de Asenjo e Izequilla).
Pero Duendes supo revertir ese planteo dentro del mismo partido y buscó respuestas por otro lado. Apostó al temple, a la mística, al desparpajo de algunos backs y se fue al descanso con un 22-18 a su favor con las anotaciones de Gulino y del incontenible Méndez -la figura del cotejo-.
El inicio del complemento mostró el mismo vértigo emocional. Pero esta vez fue Uni el que no dio respiros y marcó a través de Iguri a los 4'. Así, los locales se ubicaron al frente en el tanteador 25-22.
Todo era pura adrenalina. Y encima, los dos desperdiciaban chances: Uni a través de penales factibles que jugaba rápido (respetó su filosofía pero desaprovechó puntos de oro) y Duendes no embocaba una conversión.
En el tramo final, los delanteros locales se cansaron y la resistencia universitaria mostró algunas fisuras. Duendes, con los embates de Cadenazzi y Miralles logró una luz de ventaja y con eso le alcanzó para llevarse el triunfo y subirse a la punta.
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