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domingo,
31 de
julio de
2005 |
Opinión: Deciden los policías y los barras
Luis Alberto Yorlano / Especial para Ovación
¡Qué semanita que tuvo el fútbol! En Boca no terminó aún la polémica por los premios especiales entre Maradona y Palermo, que ya ganó los titulares de los diarios del mundo, ni el encontronazo ante la negativa de Boca de dejar que Delgado vaya al fútbol japonés. El Chelo dijo: "Si no dejás algo para el bolsillo de Macri, no te vas". ¿Qué paso después? Lo que usted fue testigo. Los guantes se lo calzaron Macri, Digón, Bermúdez, Barijho y, si algo faltaba para meterle más presión al tema, fueron las declaraciones del Canciller Rafael Bielsa, candidato a diputado por Capital Federal, y en la otra vereda política de Macri.
Esto recién empieza y seguramente terminará en tribunales. Mientras tanto, los que disfrutan con esta disciplina deportiva, tienen que aguantar el aumento del 50% de las entradas para poder pagar la seguridad que reclaman los policías del país. Castrilli, director de Seguridad Deportiva, que mezcla el fútbol con la tragedia de Cromañón, dice "algunos partidos deberían jugarse a puertas cerradas".
En nuestro país estamos siempre con la crónica del después. Los únicos que la pasan bien y encima se llevan una buena cantidad de dinero son los culpables y los responsables de los hechos de violencias que desde hace más de 30 años sacuden las canchas argentinas.
Si en Cromañón hubieran hechos las inspecciones como las hacen ahora, seguro que no estaríamos lamentando la muerte de 193 jóvenes. Si los encargados de la seguridad en los estadios hubieran analizados las causas y no los hechos, los remunerados violentos estarían todos entre rejas, aunque después algunos que le han hecho mucho daño al fútbol hablan desde los pabellones especiales de la cárcel de Coronda del poder de Dios y que están arrepentidos, mientras que muchos por sus culpas dejaron de ir a la cancha y otros hasta perdieron sus vidas. Cuando hablo de culpables, apunto a los barras, y cuando digo responsables, hablo de la dirigencia y de los funcionarios que muy poco hicieron para erradicar este flagelo que ya es una epidemia en el país.
¿Alguna vez la policía tuvo dudas que estas peligrosas maniobras se generaban en los escritorios de los presidente? No, estoy seguro que lo sabían. Pero alguien de arriba seguramente les pedían calma en su accionar. Así quedamos. Hoy los violentos se adueñaron del fútbol. Si aumenta la entrada a 15 pesos qué les importa, si los dirigentes se las proveen. Y como la plata que se recaudará, va a los servicios adicionales de la policía, no faltará alguien de estos muchachos, que cuando la policía quiera actuar, le diga "ojo, que el aumento que cobran lo generamos nosotros".
El cardenal Tarcisio Bertone, este mediático salesiano, llevado a cardenal por Juan Pablo II y en su momento se lo consideró como uno de los papables italianos para sucederlo, hinchas de Juventus y que le produce un gran placer relatar fútbol por la cadena Telenord, dijo con respecto a la violencia: "El fútbol es un modo de divertirse, es un gran deporte, pero también un gran negocio y representa una forma de alienación. En el fútbol ingresa mucho dinero, ingresó la droga e incluso la competencia desleal".
Los rosarinos tenemos la gran oportunidad de empezar a transitar un camino distinto. El ascenso conseguido por Tiro Federal a primera nos muestra un campo virgen. No tienen hinchada. La comisión directiva no tiene oposición. Si se trabaja en serio no aparecerá el caldo de cultivo para que nazcan los rentados violentos, acostumbrados a extorsionar a dirigentes, jugadores y técnicos. Los que gustan del fútbol, hinchas de Central, Newell's, Boca o del que fuere, puedan volver a ver un partido de fútbol y no una odisea que el hombre común no sabe como termina. Grondona, presidente de AFA, dijo: "De los 205 países afiliados a la Fifa, nosotros somos los únicos que costeamos los gastos de seguridad".
¿Algún día podrá la dirigencia del fútbol organizar los partidos sin la participación de la policía? Qué este partido es de alto riesgo. Qué no se puede jugar en esta cancha. ¿No es más fácil negar las habilitaciones de las que no están en condiciones? Y la otra, si saben quienes son los violentos, ¿porqué los dirigentes y la policía los dejan entrar en las canchas? l
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