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sábado,
30 de
julio de
2005 |
Un método inusual para el común de la gente
A José Manuel García Rodríguez la Guardia Civil española lo perseguía como sospechoso de liderar una organización de hackers que lanzó varios ataques informáticos contra entidades bancarias españolas para estafar a sus clientes.
El método que utilizaba es el phishing y España, su tierra natal, es uno de los 37 países que más sufre con estas estafas, según datos de la compañía Verising, empresa que heredó el monopolio de los registros de internet en Estados Unidos. En tanto, en la Argentina hay unos 8 millones de usuarios de internet y 1,2 millón de ellos hacen sus operaciones bancarias desde sus computadoras.
El phishing consiste en usurpar datos de cuentas bancarias o tarjetas de crédito a través del envío masivo de correos electrónicos falsos despachados a nombre de reconocidas entidades bancarias. Esos mensajes tienen un enlace que, al pincharlo, conducen a la víctima a una web falsa con todas las características de una página oficial. Allí se le pide al usuario información como datos de la tarjeta de crédito, número de cuenta bancaria o contraseñas que muchos, por desinformación, entregan confiados. Tras hacerse con los datos secretos, los hackers realizan transferencias ilegales desde las cuentas de sus víctimas a otras con nombres ficticios que luego usufructuaban en beneficio propio.
La maniobra a la que era afecto García Rodríguez es una mecánica de estafa que explotó a nivel mundial entre 2001 y 2002. Dos años les llevó a los hackers argentinos ponerlo a la práctica en el país y en noviembre de 2004 se desbarató una maniobra que perjudicó a la filial local del USBank y a una empresa porteña.
Los hackers disponen de sofisticados programas que son capaces de registrar lo que cualquier usuario escribe en el teclado y se aprovecha de los puntos flacos del software para reenviar información de los internautas a los atacantes.
Empresas de tecnología y bancos descubrieron por lo menos diez nuevas variantes de esta estafa en más de 100 páginas web diseñadas para engañar al usuario. Hasta la fecha, el método más utilizado por los delincuentes de la red son los correos electrónicos de falsos remitentes (por lo general entidades financieras) diseñados para atraer a las víctimas hacia páginas web que requieren que el usuario introduzca información personal.
Ante ello, las empresas informáticas recomiendan a los usuarios que no abran correos electrónicos que pregunten por sus datos personales, y que tampoco pinchen los enlaces incluidos en esas misivas, dos medidas básicas para evitar la trampa.
Investigadores de estos delitos dijeron que el 70 por ciento de los hackers son jóvenes que están jugando, pero hay una cantidad importante que lo hace para fraudes.
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