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domingo,
17 de
julio de
2005 |
Sexo y traición. Los seguimientos a los amantes están en franco aumento
Detectives de infieles, un buen negocio
Cada vez hay más mujeres investigadas a pedido de sus maridos y llegan a equiparar a los varones adúlteros
Pablo R. P=rocopio / La Capital
Qué hacer cuando en una pareja se vive una situación de traición de amor? Algunos analistas se animan a afirmar que en más de la mitad de las relaciones formales se producen adulterios. Si bien no existen estadísticas de este tipo, es una certeza que a la infidelidad la han probado varones y mujeres, jóvenes y viejos en cada rincón del planeta. Y, según los gestores que promueven contactos sentimentales, el delivery de amantes suma cada vez más adeptos. Por eso, en las agencias de detectives especializados en infidelidades, las consultas se disparan como un fiel reflejo de esta realidad.
Para estos investigadores, son las mujeres quienes probablemente han provocado este incremento. "Se han liberado al punto de equiparar los niveles de infidelidad con el hombre", sostiene el inspector Sandro Galasso, una especie de Gadget del fraude amoroso.
Sin embargo, remarca que "el hombre todavía sigue siendo más infiel". De este modo, las mayores consultas y pedidos de investigaciones provienen de ellas; "además porque los varones son más reacios y vergonzosos a la hora de confesar sus sospechas de engaño", agrega Ariel Claria, propietario de la empresa Caf Investigaciones.
De todos modos, no hay dudas que desde hace "unos dos años" subió la solicitud de este tipo de seguimientos que buscan confirmar la presencia de relaciones extramaritales.
Sus resultados pueden derivar en pedidos de divorcio. De todas formas, es difícil precisar si han crecido o no las separaciones por adulterio en Rosario, porque cada vez se dan más los juicios por mutuo acuerdo (un 90 por ciento aproximadamente). Pero está claro que la infidelidad en esta ciudad está "a la orden del día, en toda edad y clase social", expresan los Sherlock Holmes sentimentales.
Estas agencias alcanzan a tener cerca de 30 casos mensuales y se ocupan de hacer básicamente seguimientos en sitios clave. En efecto, los lugares de encuentro de los amantes suelen ser moteles, pensiones y domicilios particulares, mientras que el horario más común para la trampa es "antes y después del trabajo".
Galasso, es uno de los que cree que la infidelidad se da a cualquier edad, pero se atreve a establecer un rango con precisión, "entre los 37 y 45 años", destaca. En ese lapso, "se ven muchos conflictos de pareja motivados por el desgaste y la rutina", explica.
Estas circunstancias son, en rigor, óptimas para los detectives y el punto de partida de su trabajo. "Siempre trato de pedirle a los clientes la mayor cantidad de datos posibles en torno a su sospecha que, en un 80 por ciento, está fundada sobre una persona equis", dice.
Galasso subraya que el resultado de una investigación puede estar "entre una semana y diez días", luego de una serie de "tareas de inteligencia y logística", como escuchas, fotos, filmaciones, documentación y testimonios. Por todo esto, sus honorarios ascienden a 600 pesos como mínimo.
Para Claria, en tanto, un seguimiento "está en 200 pesos diarios" y en cuatro días se puede resolver la búsqueda.
Autorización obligatoria
En diálogo con La Capital, el juez de Familia Nº4 Manuel Alberto Rosas fue estricto en cuanto a la incorporación de elementos probatorios en los juicios por divorcios. "Las pruebas relacionadas con este tipo contactos extramatrimoniales deben ser autorizadas por el Tribunal, de lo contrario son consideradas improcedentes".
Al momento de analizar la actividad de los detectives, considera que su métier "pasa más por una cuestión privada entre las parejas" y, en general, no se utiliza judicialmente.
El magistrado no cree que en materia de divorcios predomine "una tendencia determinada de edad, son bastante heterogéneos", comenta. No obstante, indica que conforman los trámites más comunes que atienden los jueces de Familia: "Numéricamente están primeros".
Eugenia (23) y Guillermo (28) son novios. Ella dice que la infidelidad se da más en los jóvenes y opina que "seguramente es la mayor causal de divorcios". El señala que a la mujer infiel se la sigue tildando de "atorranta" y opina que "el hombre no es tan mal visto como las chicas que se pusieron más zafadas que nunca". Eugenia no duda en ratificar esto último. "Tengo conocidas que aplican la bigamia", apunta sonriéndose.
Sobre el tema, el psicólogo Jorge Besso se arriesga a decir que, en Rosario, más de un 50 por ciento de las parejas vive una situación de traición sentimental; circunstancia crítica para las uniones formales, pero interesante para los detectives.
"Me apasiona mi trabajo", remarca Galasso, quien no duda en marcar perfiles de infieles. "Están los compulsivos y los que actúan así debido a motivaciones particulares; pero en general, obedecen a la falta de sentido común de la pareja", sostiene.
Ambos inspectores se jactan del equipamiento que utilizan para llevar a cabo su trabajo. Claria dice tener, por ejemplo, cámaras fotográficas night shot con buena fidelidad aun sin luz. Y Galasso no escatima en utilizar todo tipo de elementos probatorios.
-¿Incluso fotos de relaciones sexuales? -No son necesarias, no hacen falta.
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Los detectives recuerdan a los investigadores del cine.
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