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miércoles,
13 de
julio de
2005 |
Señales de alarma
Los dolores físicos pueden anunciar una depresión
Cefaleas, dolores de espalda, fatiga y molestias lumbares son el motivo por el cual los pacientes acuden a la consulta médica. Un alto porcentaje desconoce que la raíz de los síntomas es la depresión. Por este motivo se retrasa el tratamiento y se compromete la recuperación. Pocos conocen que la depresión es una enfermedad que puede causar diabetes y complicaciones cardíacas, entre otras.
Una encuesta internacional, presentada en la reunión anual de la Asociación Americana de Psiquiatría, revela que el 64% de los pacientes consultados afirmaron que sus síntomas físicos dolorosos fueron el motivo principal de concurrencia al médico; pero el 72 por ciento desconocía que estos síntomas eran signos potenciales de una depresión hasta que fueron diagnosticados.
Los resultados de la encuesta internacional reflejaron que las personas con trastorno depresivo mayor (la forma más frecuente de depresión) tardan en promedio 11 meses en consultar al médico. Los datos demostraron además, que la mayoría de los pacientes son diagnosticados luego de cinco visitas al médico lo que retrasa el tratamiento; y que casi el 72% de los pacientes con trastorno depresivo mayor (TDM) no consideran que los dolores de cabeza, de espalda, las molestias abdominales y los dolores vagos pueden ser síntomas físicos asociados con la enfermedad. Sin embargo, el 79% de las personas encuestadas reveló que estos síntomas físicos dolorosos eran muy molestos y los impulsaban a consultar al médico.
En el otro extremo, sólo el 38% de los médicos pensó que los síntomas físicos dolorosos de los pacientes que participaron de la encuesta eran síntomas de depresión.
Complicadas consecuencias
Está comprobado que la depresión es una enfermedad que genera infartos y trombosis, además de disparar la diabetes en personas con predisposición, o provocar distintos desórdenes hormonales. Por esto los especialistas recomiendan acudir al especialista ante las primeras señales de alarma. Uno de los trastornos más frecuentes es el infarto, de aparición frecuente en personas jóvenes. Al respecto, el doctor Eduardo Kalina, psiquiatra, explicó a La Capital las causas que provocan que una depresión se convierta en un infarto. "Cuando una persona se deprime altera la regulación de la presión arterial y se trastorna el aparato cardiovascular. Junto con esto, el sistema nervioso autónomo sufre modificaciones".
En la depresión se comprobó que se produce una baja de la serotonina, que regula el sistema simpático. Entonces se produce una hiperactividad simpática que afecta el ritmo cardíaco.
La diabetes también presenta una marcada relación con la enfermedad depresiva porque influye en los cambios endócrinos y trastornos hormonales que alteran la metabolización del azúcar y con enfermedades hormonales como el hipotiroidismo. "Cuando se acerca un paciente con síntomas de depresión observamos el funcionamiento de la tiroides e investigamos el metabolismo de los lípidos. En ocasiones descubrimos que tratando el problema tiroideo se soluciona la depresión, y a veces se hace un tratamiento paralelo", dijo Kalina.
Diversos estudios efectuados en la Universidad de Atlanta, Estados Unidos, descubrieron que la paroxetina (antidepresivo) es también un medicamento antitrombótico. "Se está estudiando si con el antidepresivo basta", comentó el psiquiatra. "Cuando una persona se deprime comienza a tener riesgo cardíaco. Si además coexisten otros factores como arteroesclerosis, o colesterol, la depresión pasa a ser una cuestión peligrosa", añadió. También es sabido que quienes sufren un infarto suelen deprimirse, lo que complica el pronóstico.
Para Kalina, en el tratamiento de la afección deben interactuar psiquiatras y cardiólogos, junto a otros profesionales. "Armé un equipo de psicólogos, neurólogos, endocrinólogos, cardiólogos y hematólogos", comentó el profesional.
Junto con el tratamiento médico, Kalina recomendó el psicológico. Para ello aconsejó la terapia cognitiva conductual como una modalidad eficaz para trabajar con depresivos. "En general el depresivo comienza a distorsionar la forma de ver la vida. Es como si le pusieran un lente gris y ve todo de ese color", explicó.
Si los siguientes síntomas emocionales y físicos perduran durante más de dos semanas e interfieren en la calidad de vida, hay que consultar al médico por un posible cuadro depresivo.
Emocionales
* Tristeza la mayoría de los días
* Sentimientos de vacío y desesperanza
* Estrés, nerviosismo, agotamiento
* Pérdida de interés e incapacidad de disfrutar las actividades preferidas
* Problemas de concentración
* Sentimientos excesivos de culpa
* Irritabilidad
* Pensamientos de muerte y suicidio.
Físicos
* Fatiga o falta de energía
* Dormir mucho o muy poco
* Cambios en el peso y en el apetito
* Dolores y molestias vagas
* Cefaleas
* Dolor de espalda
* Problemas digestivos
* Mareos.
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