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 miércoles, 13 de julio de 2005  
"A nadie le sirve presenciar el caos que sigue a una tragedia"

Los atentados de la semana pasada en pleno centro de Londres reavivaron la polémica sobre lo que los medios de comunicación, especialmente la televisión, deberían mostrar sobre una tragedia. Las políticas de medios en el primer mundo, como quedó claro con lo sucedido en Inglaterra, suelen ser muy estrictas: ni sangre, ni heridos, ni muertos, ni corridas, ni relatos desesperados, como "si no hubiese pasado nada, o casi nada".

El psiquiatra Daniel Mosca alienta ese tipo de tratamiento mediático de un hecho violento ya que minimiza al extremo las posibilidades de sumar víctimas. En la misma sintonía se anota la psicopedagoga Clemencia Baraldi quien afirma que la crueldad "siempre es innecesaria".

"A nadie, y mucho menos a quienes ni siquiera estuvieron allí, les sirve presenciar el caos que sigue a toda tragedia", comenta Mosca. Y agrega que desde el Servicio de Estrés Traumático del Hospital Alvear están tratando de concientizar sobre el tema. "Lo que sucede en los medios es importantísimo, primero, por cómo pueden ayudar a los traumatizados y después porque pueden o no generar trauma a partir de lo que dicen, de lo que muestran", explica.

Mosca cita como ejemplo lo acontecido en las horas y días posteriores al atentado de la Amia, cuando las cámaras no se apartaron de quienes quedaron atrapados en los escombros, cuando se mostraron hasta el cansancio heridas y mutilaciones, cuando los micrófonos no descansaron de testimonios desgarradores de quienes buscaban a sus hijos o esposos entre las ruinas. "Y poco aprendimos -reflexiona- porque algo muy parecido sucedió en la madrugada de Cromañón o cuando días después de las inundaciones en Santa Fe la televisión y las radios daban el pronóstico meteorológico cada cinco minutos y veíamos a los inundados con la vista clavada en el cielo, esperando la próxima lluvia".

Para el psiquiatra el grave problema es que "en este país no hay una política nacional al respecto, entonces termina siendo un problema entre el conocimiento-desconocimiento de los profesionales que cubren el hecho y el negocio de la empresa periodística que está detrás de esos profesionales. Es hora de que tengamos claro previamente qué hacer en esos casos, cuáles imágenes deberían mostrarse y cuáles no", remarca.

Baraldi, a su vez, llama a los medios de comunicación a "asumir responsabilidades" y a actuar "como lo hacemos todos los seres humanos dignos, que con nuestras acciones cotidianas intentamos contrarrestar la maldad".
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