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miércoles,
13 de
julio de
2005 |
Reacción de una maestra ante la situación de una pequeña
Se llevó a su casa a una nena
que mendigaba en la escuela
"No quise secuestrarla ni robarla. Sólo pensé en lo que era mejor para ella",
sostuvo ayer la docente
Ayelén tiene cinco años y desde hace tiempo concurre todos los días a la escuela Nº1.358 Macacha Güemes, de Cerrito al 5.600. No es alumna del colegio, sin embargo almuerza y toma la leche allí y, cuando sobra, hasta se lleva una vianda para la noche. Hasta ayer su historia trascurrió al margen de los medios de comunicación. Pero la situación cambió cuando se conoció que una de las maestras del establecimiento, Jesica Víttori, decidió el viernes pasado llevarla a su casa y el lunes concurrió a los Tribunales para pedir la tenencia de la menor. "No quise secuestrarla ni robarla. Sólo pensé en lo que era mejor para ella", aclaró la docente.
Todo comenzó el viernes pasado por la tarde cuando Víttori llegó a la escuela para participar del acto por el Día de la Independencia. Ni bien cruzó la puerta, Ayelén recibió a la maestra llorando, le dijo que tenía miedo porque estaba sola en su casa, que tenía frío y que quería algo de comer.
Según sabía Víttori, no era la primera vez que la nena se quedaba sola en su casa o en la calle. "Se me partió el alma -recordó-. Entonces, no hice más que preguntarle si se quería venir a casa conmigo. Y ella no dudó en contestarme que sí", recordó.
La maestra tiene 27 años y vive en Roldán con su marido, con quien se casó hace siete años. La pareja no tiene hijos. "Tener un bebé no estaba en nuestros planes por ahora. Pero así es el destino", señaló.
El viernes por la tarde Víttori llegó a su casa con la niña, la bañó, le dio de comer y la llevó al médico. "Estaba muy resfriada y tenía muchos mocos así que le dieron un antibiótico. Además, le recomendaron un tratamiento porque tenía escabiosis (sarna)", indicó Víttori.
Mientras tanto, en la casa de Ayelén notaron su ausencia. El domingo por la tarde, su mamá se presentó en la comisaría 14a. de policía y denunció la desaparición de la menor.
Allí, la mujer de 24 años señaló que el viernes había dejado a su hija con uno de sus hermanos y un tío para ir a visitar a una amiga. Y que cuando regresó a su casa, no la encontró (ver aparte).
"Quizás debí haberme comunicado con ella -reconoció ayer Víttori-. Pero la nena me dijo que no había nadie en su casa y que su tío venía más tarde de trabajar. No quise secuestrarla ni robarla. Pensé en ir a la comisaría a denunciar que la llevaba a mi casa, pero tuve miedo de lo que podía pasarle a la nena. Sólo quise hacer lo que creí que era mejor para ella", admitió.
En los Tribunales
El lunes, Víttori contó esta misma historia ante la secretaria del Juzgado de Menores Nº1, a cargo de Jorge Zaldarriaga. Según indicó la maestra "después de consultar con el juez, la abogada me dijo que podía quedarme con la nena hasta que se resuelva qué va a pasar con ella".
La Capital intentó confirmar esta versión con el magistrado, quien no quiso hablar sobre el tema. Y la misma actitud tuvo la secretaria civil del juzgado, Susana Castillo.
Profesionales especialistas en derecho de menores aseguraron que "es extraño que se decida tan rápido la guarda de una niña". Ya que para tomar esta determinación, los trabajadores sociales del juzgado deben realizar primero un informe ambiental de la situación de la nena, ir a su casa, hablar con sus vecinos y determinar que no existen otros familiares que puedan hacerse cargo de ella.
"Quizás fue una decisión de urgencia, tomada en base al estado de la menor. Pero por supuesto, no es lo normal", sostuvieron dos abogados que prefirieron no ser identificados por no conocer de cerca el caso.
Hasta ayer, Ayelén permanecía en la casa de su maestra. "Está muy bien y se mueve como si fuera su hogar. Tenía miedo de que extrañara. Juega todo el día y duerme bien", contó la docente y rápidamente advirtió "sé que es probable que tenga que volver con su madre biológica. Pero por ahora no pensamos en eso".
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