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miércoles,
13 de
julio de
2005 |
¿Tenés
fuego?
Ultimamente la ciudad se vistió de publicidades en contra del cigarrillo. El mismo Estado hizo presencia en el asunto y pareciera ser menos flexible con los productos del tabaco. "Por favor, apague el cigarrillo, si quiere fumar hágalo afuera", es una frase que se escucha cada vez más en recintos públicos. Leí en una nota publicada en este diario que para diciembre estarían prohibidas las publicidades referentes a la nicotina. Me pregunto de qué manera afectará esta campaña a los sectores fumadores de la sociedad, en el plano de la conciencia colectiva. Es que, a modo convencional, el lenguaje está cambiando. Como fumador activo respeto y apoyo esta inmensa campaña en contra del cigarrillo en lugares públicos. Conozco las desventajas de los fumadores pasivos y tales prohibiciones me resultan correctas. Quizás sólo sea mi suerte esquizofrénica, pero temo que tal campaña de prohibición en lugares públicos sea dirigida a abolir la aceptación social del sector fumador. Que la balanza que hasta el día de hoy pesaba, casi discriminatoriamente, a favor de los activos, se contraponga de igual manera. ¿Que ocurriría si tal discriminación moral tácita se volviera en contra de nosotros, los fumadores activos? Reconozco que la salud de muchos mejoraría. ¿Pero acaso la salud pública, es decir, la moral o conciencia colectiva no seguiría sufriendo la misma enfermedad? Sólo que atacaría desde otro ángulo. Creo que en una campaña que entable el lema de tolerancia en la salud, está en su deber luchar por el respeto y la aceptación de ambas partes.
Natanael Arrejín
DNI 31.116.149
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