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sábado,
18 de
junio de
2005 |
Rugby: Italia venció a Los Pumas en el segundo test
Un triunfo histórico consiguió el seleccionado italiano al vencer ayer a Los Pumas por 30-29 e igualar la serie que se cerró en el estadio de Belgrano de Córdoba. Fue la primera victoria azzurra en suelo argentino, ante unos Pumas totalmente opacos que defraudaron a la buena cantidad de público que se dio cita en el escenario de barrio Alberdi.
El seleccionado de Italia se impuso merecidamente ya que aprovechó cada una de sus oportunidades en la primera mitad. De dicho lapso se fue victorioso por 27-13 y luego, con un gran despliegue a la hora de defender, contuvo la tibia arremetida final del equipo albiceleste, que no logró quebrar a su oponente ni en los últimos diez minutos del tiempo reglamentario cuando contó con un jugador de más.
Los Pumas comenzaron mucho mejor y cada vez que desplegaron el juego generaron peligro durante los 20 minutos iniciales, pero perdieron precisión al dar las últimas puntadas y no consiguieron concretar la mayoría de las situaciones favorables.
Lo hicieron en el comienzo, cuando Pablo Bouza pateó hacia el ingoal una pelota que había quedado boyando tras un pase fallido de Felipe Contepomi y se zambulló para abrir el marcador. Parecía el inicio de una noche soñada, pero de pronto todo cambió.
En la contra Italia igualó el partido y empezó el calvario de Los Pumas en esa primera mitad, ya que los italianos comenzaron a controlar las acciones. Se hicieron fuertes en la hilera, impasables en defensa y mucho más incisivos en ataque.
Argentina, impotente, fue perdiendo la calma y los azzurros supieron aprovechar esa circunstancia. La situación se puso más tensa en el final de la etapa, cuando Pez, una de las figuras del partido, volvió a quebrar con facilidad por el centro de la cancha y habilitó a Gonzalo Canale que apoyó cerca de los postes, quedando el parcial 27-13 en favor de los europeos.
El panorama, negro en ese momento, mejoró en el inicio del segundo tiempo cuando el quince argentino mostró otra actitud.
Pero desde los 22 minutos en adelante el equipo albiceleste volvió a caer en un cono de sombras y no pudo doblegar a su aguerrido rival. Faltó claridad y conducción, sobre todo por parte de Agustín Pichot, quien no tuvo una noche feliz.
Pudo haber cambiado la historia un penal de Felipe Contepomi que, a diez minutos del cierre, se fue apenas desviado, pero no hubiese sido justo. El temple del equipo italiano merecía el premio mayor y con coraje e inteligencia los visitantes se lo llevaron.
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