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sábado,
18 de
junio de
2005 |
Yo creo: "Todos critican pero siempre
ven lo mismo"
Pedro Squillaci / La Capital
Hay un fenómeno indiscutible que se da en el televidente argentino. Todos critican lo que sale en la pantalla chica. Con mayor o menor nivel de análisis, con más o menos lógica, muchas veces cayendo en lugares comunes, pero lo cierto es que la crítica, despiadada, cruel, sensata, siempre está. Lo más raro es que la gente critica duramente ciertos programas, pero a la hora de agarrar el control remoto no castiga. Es decir, siempre vuelve a poner el programa que ayer no le gustó y que mañana quizá tampoco le gustará. Uno no puede pretender que todos vean Discovery Chanell, pero hay cinco canales de aire (al menos para los que tienen cable), y también películas y canales musicales. Pero no, la mayoría recae en ciertos envíos familiares, como si fuera ese pariente que uno se pasa sacándole mano pero cada domingo se sienta a la mesa a comer ravioles con una sonrisa de oreja a oreja. El ejemplo claro y contundente es el tándem ícono de la TV popular que conforman "ShowMatch" y "Susana Giménez". No hay uno que no le pegue a Susana, porque está gorda, porque siempre dice "mi amor" al que atiende el teléfono, porque desconoce la trayectoria de sus invitados, porque cree que los dinosaurios andan paseando por el Hipódromo de Buenos Aires. Porque es más de lo mismo. Y no hay uno que no le pegue a Tinelli, porque siempre grita, porque sigue haciendo cámaras ocultas que todos saben que son truchas, porque explota hasta el hartazgo la imagen de Luciana Salazar, porque los "30 segundos de fama" es una idea agotada, porque viene con piloto automático hace más de diez años. Porque también es más de lo mismo. Sin embargo, las cifras (¿reales?) de Ibope marcan una tendencia irrebatible: Tinelli y Susana encabezan dos de los programas más vistos de la Argentina. Marcelo, desde la trinchera de Canal 9, asusta a las emisoras líderes, coquetea con los 30 puntos y la deja match point a Susana. La diva sufre un poco la competencia pero no baja de los dos millones de televidentes por día.
Al grano, ellos hacen lo mismo de siempre y nosotros también.
Hay una pregunta que queda picando: ¿Quién tiene la culpa? Es hora de castigar con el control remoto.
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