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sábado,
18 de
junio de
2005 |
En defensa
del peatón
Las normas vigentes sobre tránsito consagran la prioridad del derecho del peatón en relación a todo vehículo automotor. Pero la formalización del derecho no basta si éste no puede ser ejercitado. En tal situación la norma se torna ilusoria. Caben estas consideraciones en el supuesto de simultaneidad de luz verde para el peatón y también para el automotor cuando se apresta el conductor a doblar en una esquina. En este caso la prioridad no aparece porque entre nosotros el automovilista se cree con mejor derecho, y por otra parte es el más fuerte. Por eso digo que el derecho se torna ilusorio. Si cuando dobla el automotor lo hace rápido, puede embestir al peatón y hasta ocasionarle la muerte, como ocurrió en algún caso. Solución para esto hay. Hay quien ha visto en otra parte que la senda peatonal está más adentro y no en la esquina y cuando hay luz verde para el peatón un semáforo rojo indica que el automotor debe detenerse para darle paso. En el supuesto de que el vehículo venga en línea recta por la misma calle, el peatón que quiere cruzar puede abstenerse de hacerlo si advierte que el automotor está muy próximo, cosa que no ocurre cuando el vehículo aparece doblando porque en este caso el peatón no lo ve y por tanto no sabe si alguno dará la vuelta o no. El perito en accidentología ingeniero Mario Actis en un artículo publicado en La Capital el 26 de julio de 2001, al referirse al derecho del peatón da algunos ejemplos en que se refleja la conducta de la gran mayoría de los automovilistas sobre el punto en análisis, uno de los cuales me permito reproducir en aras de una mayor claridad y comprensión: "Cómo vas a cruzar ¿justo cuándo estás doblando? Si no freno te piso (dicho por un taxista que dobló desde San Luis hacia Corrientes, a una mujer que esperó correctamente el cambio de luz verde a roja de Corrientes para iniciar el cruce por la senda peatonal". En Alem y Montevideo varias líneas de ómnibus que vienen por Alem doblan por la otra arteria y al hacerlo se recuestan los vehículos en demasía sobre el cordón noreste. La Municipalidad hace poco colocó unos parantes de hierro para que sirvan de contención y ya hay algunos embestidos y doblados. ¿Qué ocurriría si en esas circunstancias se aprestara a cruzar un peatón? Sintetizando lo expuesto, la conducta a seguir, salvo mejor opinión, sería: que se desplace la senda peatonal unos diez metros hacia adentro, sacándola de la esquina. Exigir a todo vehículo que deba doblar que detenga su marcha al hacerlo, antes de que comience la línea de la nueva senda peatonal. En su caso, y para forzar el cumplimiento, se instale un semáforo a este efecto, que tendrá luz roja y así obligará a detenerse, aunque por unos instantes, al vehículo que dobla. Si la Municipalidad se hace eco de este reclamo y toma medidas efectivas para su solución, los peatones, en especial los de mayor edad, quedarán infinitamente agradecidos.
David Gómez Villafruela
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