El Congreso intentará reunirse hoy para designar al sucesor de Mesa

Todos los partidos salvo el MAS quieren sesionar en Sucre, ante la evidente falta de garantías en la capital

La Paz. - Al día siguiente de la renuncia del presidente Carlos Mesa, miles de manifestantes volvieron a actuar violentamente en la capital boliviana, detonando cartuchos de dinamita, mientras el Congreso anunció que sesionará hoy para tratar la dimisión del mandatario y decidir el camino que se sigue para convocar a elecciones. Pero la sede donde debe reunirse el Congreso estaba en discusión: mientras las autoridades y la mayoría de los partidos confiaba en trasladarla a Sucre, el MAS de Evo Morales se oponía terminantemente a este cambio, exigiendo que se sesionara en La Paz. Pero los graves incidentes de ayer en la capital de Bolivia, protagonizados al igual que los del lunes -día que terminó con la renuncia de Mesa-, por grupos radicalizados afines a Morales, indicaban que sería imposible que los congresistas se reúnan y sesionen con normalidad en La Paz.

La policía debió dispersar con gases lacrimógenos a los manifestantes que intentaron llegar, al igual que el lunes, a la plaza Murillo, sede de los poderes Ejecutivo y Legislativo. La policía incautó alrededor de 500 cartuchos de dinamita y detuvo a un número no precisado de manifestantes, en su mayoría mineros. Estos suelen ser la fuerza de choque de la Central Obrera Boliviana, COB.

El hospital general de la ciudad informó que 12 personas ingresaron al nosocomio, entre ellos un minero que perdió una mano al intentar lanzar un cartucho de dinamita.

En rueda de prensa en Santa Cruz, 570 kilómetros al este, el presidente del Congreso, el senador Hormando Vaca Díez, el primero en la línea de sucesión constitucional para reemplazar a Mesa, dijo que la sesión del Congreso está fijada para hoy, miércoles. E indicó que posiblemente se realice en Sucre, la capital histórica del país -640 kilómetros al sur- por falta de garantías en La Paz.

Si el Congreso acepta la dimisión, Mesa, quien anunció su renuncia el lunes por la noche, debería dejar el cargo. Fuentes partidarias que pidieron el anonimato señalaron que hay "cierto consenso" para que la renuncia sea admitida, pero que no se procedería a elegir a Vaca Díez, por lo que este sólo quedaría como presidente interino de la nación. Pero tanto el MAS como los demás grupos radicalizados exigen la renuncia de Vaca Díez, así como la del segundo en la línea de sucesión, el titular de la Cámara baja, Mario Cossío. En este caso, el presidente de la Corte, Carlos Rodríguez, debería asumir y convocar a elecciones. Su nulo peso político lo haría un presidente de transición mucho más débil que los titulares de las Cámaras, lo que tal vez explique la exigencia del MAS.

Ayer el MAS mantenía su rechazo al traslado de la sesión a Sucre. "Todas las organizaciones sociales nos comprometimos a que el Congreso pueda sesionar en La Paz sin que los estorbemos y dándoles vía libre", dijo a la agencia oficial argentina Télam el senador del MAS Román Loayza. El dirigente dijo que además de tratar la renuncia de Mesa el Congreso tiene que abordar "la recuperación de la propiedad de los hidrocarburos y la convocatoria a la asamblea constituyente. Si no pueden tratar estos dos temas centrales entonces el presidente del Senado y el de Diputados deben renunciar para que el titular de la Corte Suprema de Justicia llame a elecciones generales", afirmó el senador, reiterando el plan que el MAS viene exigiendo desde el lunes.

Las "garantías" dadas por Loayza resultan relativas: el MAS ha amenazado, en caso que Vaca Díez sea elegido, con "la toma del palacio presidencial y del Congreso", mientras ayer los manifestantes saturaban con cartuchos de dinamita el centro de La Paz por segundo día consecutivo.

Pese a los repetidos llamados de la Iglesia, mediadora del conflicto, Morales ha dicho que mantendrán los bloqueos y protestas violentas mientras no renuncien Vaca Díez y Cossío y no se convoque a elecciones presidenciales y simultáneamente a asamblea constituyente.

Ayer, no sólo La Paz sino toda Bolivia seguía sufriendo los efectos de más de tres semanas de bloqueos y desabastecimiento, con casi 80 rutas cortadas. El país está aislado de sus vecinos y se evidencia la falta creciente de alimentos e incluso de agua potable.


Argentina, con el Grupo de Río
El gobierno argentino espera que "bajen las tensiones" en Bolivia tras la renuncia del presidente Mesa, y si bien resaltó su disposición a cooperar, dejó en claro a través del Grupo de Río que respeta "el principio de no intervención" y que la solución quede en manos de los bolivianos.

El canciller Rafael Bielsa, a cargo de la presidencia pro tempore del Grupo de Río, negoció ante ese órgano regional un comunicado sobre la situación de Bolivia, en el que manifiesta que se sigue con "solidaria preocupación" la crisis en La Paz.

Armados con dinamita, los mineros desataron la violencia en el centro de La Paz.