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domingo,
05 de
junio de
2005 |
Cómo buscar los alerces
El parque está abierto todo el año y en cada estación ofrece una paleta de colores diferentes. Flores y verde en primavera y verano; ocres y amarillos en el otoño; y mantos blancos en el invierno. En todos esos momentos, aunque con diferentes frecuencias, se pueden conocer los alerces milenarios. A diferencia de lo que ocurre con los bosques de arrayanes o con cualquier plantación de pinos, los alerces no se agrupan en grandes conjuntos de árboles milenarios. Están aquí y allá en medio de la selva fría, una cobertura organizada en pisos de vegetación. Así, entre cohiues, cañas, helechos y plantas epífitas varias, emergen alerces jóvenes, de apenas 300 años, y otros milenarios, que superan los 4.000 otoños.
En el parque y durante todo el año hay una excursión pensada para conocer lagos, ríos y un glaciar de altura, pero sobre todo para pararse al pie de un ser vivo de 2.600 años, 60 metros de altura y 2,2 metros de diámetro en la base. Existen dos alternativas para realizar esta excursión. Una parte desde Puerto Limonao, con un costo de $90 y navega el Lago Futalaufquen, Río Arrayanes y el Lago Verde hasta llegar a Puerto Mermoud. Una caminata en un hermoso sendero lleva hasta puerto Chucao, donde se embarca nuevamente para navegar el Lago Menéndez. En toda la travesía se admiran cordones montañosos con sus picos coronados de nieves eternas. Al llegar al puerto Sagrario se desembarca para realizar una caminata por la selva fría, que lleva al alerzal milenario.
La segunda opción es combinar un tramo terrestre y una pequeña caminata de 20 minutos para abordar el catamarán directamente desde Puerto Chucao, haciendo más corta la navegación para arribar al mismo destino.
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