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jueves,
02 de
junio de
2005 |
Toda una vida de trabajo en el campo
En la zona rural del departamento Garay y entre los pueblos de San Macías y San Joaquín, donde viven, la noticia tiene que haber representado una sacudida. Los pobladores de esas localidades mínimas, que muy a menudo no figuran ni en los mapas, no deben comprender lo ocurrido con Raúl Límido, de 50 años, y Gladys Garófali, de 37, que tienen tres hijos de 21, 14 y 7 años. Raúl y Gladys están juntos desde que ella tenía 15 años. Desde entonces conviven en el campo. Donde él trabaja hace décadas como "mediero", ocupandose de las labores en un campo de un ganadero de Entre Ríos. No es que simplemente sea un capataz. Según fuentes policiales, Límido tiene un muy desahogado panorama económico, a partir de la explotación de 400 cabezas de ganado de su propiedad, él mismo es un hacendado.
La policía destacó que Gladys, tras los interrogatorios, quedó como imputada de entregar el secuestro a su sobrino. Y que éste contactó a dos remiseros para trasladar al hacendado a la guarida donde estuvo casi 26 horas.
"Es increíble que hayan utilizado este lugar como aguantadero de un hombre secuestrado. Jamás imaginamos que algo así podría pasar al lado de mi casa", señaló ayer una vecina del sitio donde poco antes la policía había retirado a Límido, quien lucía conmovido y rehusó hablar con los periodistas que se le acercaron.
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