|
miércoles,
25 de
mayo de
2005 |
Para la policía, tiraron
"desde la caja del camión"
Lo dijeron los investigadores tras la reconstrucción
Leo Graciarena / La Capital
"Las pericias fueron muy positivas. Estamos por el buen camino". La afirmación de un alto jefe policial sobre el pavimento del viaducto Avellaneda sintetizaba lo que fue para los investigadores la reconstrucción del último ataque del Loco de la Escopeta. Los pesquisas trabajaron ayer por la tarde sobre dos secuencias. La primera cuando los dos vehículos se cruzaron por el viaducto a la altura de calle Brown. La segunda, sobre la distancia desde la que el chofer del colectivo visualizó al Mercedes Benz 608 rojo y blanco desde el que habría partido el tiro. Así trabajaron para determinar desde dónde provino el disparo: si fue desde la cabina o desde la caja del camión, hipótesis ésta última "que se impone" después de la reconstrucción, según la policía.
Un día después del último ataque del Loco de la Escopeta el viaducto Avellaneda fue cerrado durante dos horas para realizar las pericias in situ. Con puntualidad inglesa, a las 15 se cortó el tránsito por Avellaneda entre San Lorenzo y Travesía. A pocos metros del cruce con San Lorenzo, estacionado sobre la mano sur-norte, estaba el Mercedes Benz 680 blanquirrojo dominio VBE269. De ese vehículo se especula que partió la ráfaga de perdigones que impactó contra la segunda ventanilla de lado de los asientos individuales del interno 20 de la línea 107. Un día después, el colectivo comandado por Rogelio Rubén Bravo, de 41 años, se paró en la senda norte-sur a la altura de Brown.
Con una decena de jefes policiales aguardando en el lugar, a las 15.40 llegó el juez de Instrucción Alfredo Ivaldi Artacho y comenzó la tarea. Con el colectivo colocado a la altura del 200 bis, un batallón de peritos se abalanzó sobre los orificios en la ventanilla. A los pocos minutos apareció en escena un Mercedes Benz 680 color blanco con caja de aluminio que desconcertó a los presentes. El vehículo se colocó cerca del colectivo por la mano contraria, pero a los pocos minutos fue reemplazado por el camioncito blanquirrojo secuestrado de la casa de los hermanos Bertucci.
Así se trabajó sobre la secuencia del cruce de los vehículos a unos dos metros de distancia uno del otro. Con una escopeta 12.70 estándar se midieron las trayectorias de tiro con el arma desde la cabina, apoyada sobre la ventanilla, y con la puerta entreabierta. Después se movió el vehículo que quedó a la vista de una veintena de periodistas que miraban la película muda de la pericia a unos 40 metros de distancia, detrás de un cordón de seguridad.
El Mercedes de los Bertucci tenía una óptica rota sobre el lado derecho y un guiño inexistente sobre el izquierdo, pero lo más representativo eran algunos orificios dentro del habitáculo que parecían producto de perdigonadas. "Hay orificios en el interior de la cabina que estamos determinando si son de arma de fuego", explicó el comisario Claudio Gorosito, titular de la seccional 12ª.
Después el colectivo fue adelantado hasta la cúspide del viaducto -casi a la altura de la cancha del club Adiur- mientras el camión llegaba a la intersección con Travesía. Se realizaron las mediciones y se continuó. "Muchachos, así no". Eso fue lo que se le pudo escuchar al juez Ivaldi Artacho antes un enjambre de periodistas antes que su vehículo pusiera primera y se marchara del lugar.
"Las medidas no dan", se le escuchó mascullar a uno de los peritos. "Lo que sucede es que hay muchos desniveles en el pavimento", explicó el comisario Gorosito. La clave estaba centrada en el lugar desde el que supuestamente partieron los disparos. Es que no cerraba que el francotirador haya estado dentro de la cabina del camión. En cambio sí desde la puerta trasera de la caja térmica del vehículo.
Después se colocó nuevamente el camión a unos metros del colectivo, sobre la intersección con Brown. Desde allí se probó con un arma apoyada sobre una carreta para mover mercadería y con su caño saliendo por la puerta entreabierta y sostenida por un pequeño trozo de soga.
"El chofer dio distancia y contó cómo habría ocurrido el hecho. Ustedes vieron que primero se colocó el vehículo en un lugar y luego se lo movió, lo que permitió que se realizaran las mediciones del gabinete de criminalística", contó al finalizar la pericia el comisario Gorosito.
Sobre la cantidad de personas que viajaban en el Mercedes 680 las opciones no son muchas. Una vecina reconoce que habló con Pepo Bertucci a la hora en la que sucedió el ataque y que a las 18 su hermano Lino llegó con el camión y lo guardó (ver página 29). Si el disparo se produjo desde la parte trasera del camión, al menos dos personas iban en el vehículo. Los pesquisas dejaron claro que esta investigación es sobre "los dos últimos casos y los ataques a colectivos".
enviar nota por e-mail
|
|
Fotos
|
|
El Mercedes 608 en paralelo con el colectivo de la línea 107 sobre el viaducto.
|
|
|