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jueves,
12 de
mayo de
2005 |
"Me gustaba Quincy"
"Me gustaba la medicina forense desde los 15 años por Quincy (la recordada serie televisiva estadounidense de los 80), algo increíble, que me dio vuelta la vida", confía Nachman, que estudió durante cinco años la carrera en Israel, donde vive con su esposa Ivana, una fonoaudióloga rosarina, y su hijo Nadav, de tres años.
-¿Por qué medicina forense?
-Porque me gusta ser curioso, investigar, descubrir las causas de una muerte en las autopsias.
"En Israel, me acordé de lo que dábamos en el colegio sobre los italianos y los polacos que vinieron sin saber el idioma. Yo fui como analfabeto allá, pero me ayudó el nivel de escolaridad en Rosario. Estudié hasta tercer grado en la Ricchieri, después en la Agustín Alvarez, que estaba en Laprida y Pellegrini donde ahora hay un edificio que odio y me parece increíble que no esté más esa escuela. Y el secundario, en el Superior de Comercio. La educación argentina es muy buena. Uno lo comprueba cuando viaja por el mundo. En un tour por El Cairo preguntaban por los faraones y los únicos que respondíamos éramos los argentinos", asegura Nachman.
"Me favoreció el hecho de ser argentino porque uno se adapta a cualquier cosa. Y me ayudó muchísimo que el pueblo de Israel ame al argentino, lo ayude, lo quiera y lo valore muchísimo", sorprende.
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