BARRIO LUDUEÑA

Hallan autos desguazados en una chatarrería

Una compraventa de chatarra y metales fue clausurada ayer luego de un operativo policial que detectó allí tres autos cortados y dos camiones con sus numeraciones de chasis adulteradas. Dos de los propietarios del predio fueron detenidos y puestos a disposición de la Justicia.

La empresa Transporte Sifo se dedica a comprar y vender chatarra y metales en un predio de unos 100 metros de fondo, ubicado en Tucumán al 5600. Allí la policía encontró ayer restos de autos "cortados con hachazos", entre ellos un Renault 12, la trompa de un Fiat 128 y un Alfa Romeo 153 sobre el que pesaba un pedido de captura de 2002, en la provincia de Buenos Aires. También había dos camiones con las numeraciones de sus chasis limadas.

El titular de la seccional 12ª, Claudio Gorosito, relató que el sábado se recibió una denuncia anónima que indicaba que se estaba cortando un auto en una canchita de fútbol ubicada en medio de una villa, en Tucumán al 5600. "Fuimos al lugar -dijo el comisario- y encontramos autopartes de un Renault 12. Inspeccionamos ranchos aledaños y en un patio detectamos el paragolpes, la tapa del baúl y el caño de escape. Allí detuvimos a un matrimonio que dijo haber vendido el resto del auto a la empresa Sifo".

Luego de obtener una orden judicial, la policía allanó el predio de Sifo y encontró los elementos mencionados. El comercio fue clausurado y se detuvo a Mario Sifo, de 57 años, y a su hijo Germán, de 26. En principio, ambos habrían sostenido ante los investigadores que ellos se dedican a comprar chatarra.

A saber de las crónicas policiales de los últimos tiempos, el allanamiento de algunos comercios y el sorpresivo hallazgo allí de autos desguazados, parece repetirse periódicamente. Así, el pasado 22 de abril la policía llegó a un taller de electricidad del automotor ubicado en Saavedra y Felipe Moré. Iban tras las pistas de un Renault Clio robado días antes y se toparon con autopartes de al menos cinco vehículos, algunos de ellos con pedido de captura por robo.

Lo llamativo de estas situaciones es que desde diciembre pasado rige en la provincia de Santa Fe una ley (la número 12.243) que establece el empadronamiento obligatorio de los comercios dedicados al rubro de desguace de autos y venta de sus piezas, negocios que deberían llevar un estricto registro de sus operaciones. Sin embargo, nadie hace cumplir la legislación y los desarmaderos clandestinos siguen escondidos en distintos puntos de la ciudad.

En el lugar había tres autos cortados.