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 miércoles, 04 de mayo de 2005  
Drama familiar en una casa de Perú al 1500
Puso fin a la crisis de su pareja matando de dos tiros a la mujer
El crimen ocurrió la siesta de ayer y delante de uno de los hijos del matrimonio

Leo Graciarena / La Capital

Dos disparos alteraron la paz de la siesta en Perú entre Chubut y Pampa. Detrás de una puerta de pasillo de color rojo, un hombre de 48 años terminó con la vida de su esposa de 41 con dos escopetazos calibre 12.70. Todo delante de uno de los dos hijos de la pareja, de 15 años. "Llamá a la policía que maté a Claudia", dijo el homicida con el arma aún en sus manos a uno de sus vecinos que trabajaba en una tornería lindera a la vivienda familiar. "Ya está. Me cagué la vida", habría dicho poco después el homicida a una vecina, mientras personal del Comando Radioeléctrico lo detenía.

"Cada casa es un mundo", era la frase más repetida ayer a la tarde por los consternados vecinos de Perú al 1500, en barrio Belgrano. Sobre las veredas, entre las hojas amarillentas que caían de los árboles, la gente se aglutinaba para enterarse de la mala nueva. "El hijo de puta la mató a la Claudia", decía una mujer mientras miraba al policía que hacía guardia frente al número 1545. "Esto nunca se vio en esta cuadra. Conozco el barrio desde hace 60 años. Todavía no caímos con lo que pasó", sostenía un vecino casi frente al pasillo de la tragedia.

"Lo que pasó" fue el homicidio de Claudia Lombardo, de 41 años, a manos de su esposo Alberto Costa. Una discusión que terminó cuando el hombre le disparó dos veces con una escopeta calibre 12.70. Todo sucedió a las 14.50 en la cocina del departamento de pasillo en el que vivía la pareja junto a sus dos hijos, de 15 y 19 años, y la madre de la víctima. Según Azucena, una mujer que peina canas y vive en la casa contigua al pasillo, "escuchar, no escuché ningún disparo. Pero salí porque sentí los gritos y le pedí a Alberto que me dejara entrar para ver si se podía hacer algo por la mujer".

Azucena se transformó así en una de las pocas personas que vio la escena del crimen. "Cuando entré a la cocina la vi tirada en un rincón. Tenía una herida acá (mientras se tocaba la zona abdominal derecha, a la altura de la cintura). Estaba bañada en sangre y no se movía. El hijo estaba con ellos en la cocina y vio todo, pobrecito", contó la vecina con los ojos enrojecidos. "Podés creer, la mató delante del pibe que tiene hidrocefalia y ayer a la mañana volvió a la casa después de una operación", dijo otro vecino.

La escopeta utilizada por el homicida "es una Luigi Franchi, un arma para entendidos, cara y muy precisa, un lujo", explicó uno de los policías que llegó al lugar del crimen.

En las veredas del barrio se brindaban miles de datos acerca de la historia de una "familia común" que transitaba una profunda crisis matrimonial y económica. Costa trabaja como operario en una fabrica de envases de papel y plástico de Provincias Unidas al 1900. La pareja se había casado hace dos décadas y ocupaba la casa en la que históricamente vivieron los Lombardo. Para los vecinos, "Claudia era una buena mina que hizo de todo para sacar a flote a su hijo" enfermo.

Del victimario se decía de todo. El 90 por ciento, "nada bueno". Sólo una familia lo rescató como "un tipo que había sufrido mucho desde chiquito, pero incapaz de hacer algo así". Varias personas en la cuadra hablaban de que en los últimos 15 días Claudia habría realizado una denuncia por "amenazas de muerte" en la seccional 14ª. "Pero después fue y sacó la denuncia para que lo dejaran libre. Alberto estuvo demorado por eso", dijo uno de sus vecinos.
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Familiares y allegados a la pareja no encontraban consuelo.


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