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 miércoles, 20 de abril de 2005  
Desaparecidos. Primera condena contra un represor argentino juzgado en presencia en el extranjero
Scilingo fue condenado en España a 640 años de prisión
La Audiencia Nacional madrileña le endilgó delito de lesa humanidad, 30 muertes, una detención ilegal y torturas

El represor Adolfo Scilingo fue condenado ayer por la Audiencia Nacional de Madrid a 640 años de prisión por los delitos de lesa humanidad, detención ilegal y torturas cometidos durante la dictadura y se convirtió en el primer militar argentino juzgado en presencia en el extranjero y que cumplirá sentencia. El gobierno mostró su "satisfacción" por el fallo, según manifestó el ministro de Justicia, Horacio Rosatti.

La Justicia española fundamentó su fallo en calificar al ex marino como autor responsable de delitos de lesa humanidad, por 30 muertes, una detención ilegal y torturas.

La condena de 640 años, que fue notificada por el juez ponente del Tribunal, José Ricardo de Prada, surge de la acumulación de 30 penas de 21 años de prisión y dos penas de 5 años por torturas y detención ilegal.

Las muertes corresponden a 30 personas arrojadasp

en dos vuelos de la muerte de la Marina, que utilizaba como método tirar opositores al río de la Plata.

La responsabilidad penal de Scilingo se sustentó fundamentalmente en sus propias declaraciones judiciales prestadas ante el juez de instrucción Baltasar Garzón a su llegada a España, en 1997.

Si bien durante el juicio Scilingo se retractó de sus dichos frente a Garzón, el tribunal constató sus declaraciones "de toda la prueba testificada y practicada y documentos, tales como cartas remitidas a diversas personas públicas en Argentina".

Scilingo, sereno, vestido con traje gris, leía papeles de sus carpetas, y cuando se empezó a leer la sentencia se sacó las gafas y escuchó. Al concluir la lectura de la sentencia, de 209 folios, personas presentes en el lugar gritaron "asesino, asesino".

El ex marino se convierte en el primer argentino en ser juzgado fuera del país y también el primero que estuvo presente durante el proceso.

Es que Alfredo Astiz, por un lado, y los ex generales Guillermo Suárez Mason y Santiago Riveros, por el otro, fueron condenados "en ausencia" a cadena perpetua en Francia e Italia, respectivamente.

Tras este juicio, será Ricardo Miguel Cavallo el próximo represor argentino que se sentará en el banquillo de los acusados para ser juzgado por la Justicia española por los delitos de terrorismo, genocidio y torturas durante la dictadura militar.

La sentencia al ex marino generó inmediatamente numerosas repercusiones. La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Carlotto, afirmó que está viviendo "un momento de satisfacción, no de alegría", tras conocer ayer en Madrid la condena contra Scilingo. También agradeció "a la Justicia española, al juez Baltasar Garzón, a nuestros abogados que han luchado incansablemente, como Carlos Slepoy, que hace ocho años está con nosotros trabajando en esto".

Según Carlotto, "la condena de 30 años -máximo que se puede cumplir en España- va a ser el cumplimiento exacto que merece este asesino, y que se lo tenga en una cárcel común".

"Quizás en esas cuatro paredes de encierro eterno, Siclingo se transforme en algo humano y pueda confesar todo lo que sabe, y nos allane el camino del encuentro de nuestros nietos", añadió Carlotto.

Por su parte, la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, si bien manifestó su satisfacción por la condena, señaló que "condenar a Scilingo es condenar al vigilante de la esquina, pero ya que lo condenan bienvenido".

"Lo importante sería condenar a los gordos, acá o donde sea, pero condenarlos y no que decidan quedarse en su casa porque son viejitos o con sus compañeros en el regimiento", afirmó Bonafini en relación a quienes cumplen prisión domiciliaria o en dependencias de las Fuerzas Armadas.

Por su parte, el titular del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH), el pastor metodista José De Luca, señaló que Scilingo "es uno entre miles de los que tendrían que estar presos".

En tanto, Delia de Pollola, integrante de Madres de Plaza de Mayo de La Plata, consideró "muy importante" la sentencia aunque se mostró muy preocupada porque "en la Argentina aún hay muchos militares involucrados con el proceso dictatorial que están libres, como también empresarios que apoyaron al gobierno de facto".
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El ex marino Adolfo Scilingo participó de los vuelos de la muerte.

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