Asaltaron a una cantante de cumbia santafesina en su casa de Alberdi

El traspié de la diosa del verbo amar

Dos ladrones robaron 80 mil pesos en la vivienda de Dalila. Cuatro albañiles sospechados fueron demorados

Eduardo Caniglia / La Capital

Se llama Dalila Molina Chanquia, pero eso nada les dirá a los amantes de la cumbia santafesina, que la conocen como Dalila a secas o por el modo en que la promocionan en Internet o en sus shows: "la diosa del verbo amar". Muy lejos de sonrisas e insinuaciones usuales en los retablos de la movida tropical, Dalila ayer lucía amargada, lamentándose por los 80 mil pesos perdidos a manos de dos jóvenes que habían irrumpido en su casa del barrio de Alberdi. Apuntaba sus sospechas sobre los albañiles que trabajan en su vivienda y a los que atribuye haber entregado el robo. La policía dio algo de sustento a sus presunciones, porque anoche los trabajadores estaban demorados en la comisaría 10ª, involucrados en el ilícito.

A las 13.30 de ayer, Dalila, de 34 años, subió a sus hijos al remís que los lleva habitualmente a la escuela. A unos pocos metros, cinco albañiles levantaban el garaje lindante a su casa de Superí 1168. La mujer entró nuevamente al inmueble y atendió el teléfono que sonaba en el dormitorio. No tuvo tiempo de responder porque unos gritos que provenían de la cocina y del lavadero la sobresaltaron. "Pensé que mi hermano -es mi cocinero- se estaba peleando con mi asistente", recordó la cantante.

Al abrir la puerta de doble hoja su colaborador estaba tirado en el suelo. Tenía la cabeza ensangrentada y un muchacho alto, con anteojos para sol, lo apuntaba con un arma de fuego. Junto a él se encontraban el hermano de Dalila, un albañil y el contratista de la obra. El intruso giró su cuerpo y vio a Dalila. "Me dio un empujón, me puso una mano en la cabeza y me dijo « dame la plata o te mato»", explicó.

La cantante replicó que no había efectivo. "Yo sé que hay plata, así que damela", contraatacó el ladrón, intimidante. Dalila miró a su asistente que estaba a merced del malhechor y consideró que lo más conveniente era no resistir. Caminó hasta la habitación, recogió los 80 mil pesos que estaban guardados en un placar y los entregó.

Después el ladrón, "morocho y de pelo corto", la introdujo en la pieza, la obligó a tirarse sobre la cama y cerró la puerta con llave. Desde ese sitio escuchó cómo uno de los intrusos le indicaba a su socio que el atraco había finalizado. Pero en medio del asalto hubo un incidente que a Dalila le llamó la atención.

Su cuñada llegó a la casa, pero uno de los tres albañiles que, según la cantante, curiosamente no fueron inmovilizados por los asaltantes y se quedaron en la obra, impidió el ingreso con una excusa poco convincente. "Pará, que no se puede entrar y quedate quieta", casi ordenó uno de los trabajadores.

No es la única sospecha de Dalila sobre los albañiles. Ayer se preguntaba por qué razón no acudieron a un teléfono público situado a pocos metros para dar cuenta del robo.

La cantante había recibido el efectivo ayer en su casa. Con el dinero planeaba "hacer un negocio y pagar un par de deudas". Sus sospechas parecen tener cierto asidero. Durante la mañana un vecino vio a dos muchachos en una Honda de 100 cc. merodear el barrio. Al parecer, los ladrones desaparecieron en esa misma moto.

No es la única duda de la cantante del grupo que lleva su nombre. Cuando el atraco había terminado y ella estaba sumida en una crisis de nervios, el contratista intentó tranquilizarla diciéndole que se había contactado desde su teléfono celular con el Comando Radioeléctrico. Después, Dalila constataría, según ella, que el llamado no había existido. "Cuando mi hermana llamó al Comando le dijeron que no sabían nada (del robo), aseguró.

Anoche, una fuente policial señaló que el contratista y cuatro albañiles estaban demorados en la comisaría 10ª, a disposición del juzgado de Instrucción Nº3. "Están prestando declaración", dijo el vocero consultado.

Dalila en su casa de Superí al 1100.