El orgullo de los pueblos originarios copó la peatonal

Desfilaron, bailaron y ofrendaron a la Pachamama

"Los conquistadores nos llamaron indios, después nos llamaron aborígenes, pero no nos corresponde ninguno de esos nombres: queremos que nos llamen autóctonos, nativos, originarios", afirmó el orador del acto en plaza Pringles con que ayer se lanzó la Semana de los Pueblos Originarios en Rosario y se celebró el Día del Indio Panamericano. Representantes de las comunidades qom (toba), kolla, guaraní, mocoví y wichi (que en la ciudad suman unas 30 mil personas) desfilaron su orgullo y dignidad por la peatonal, bailaron sus danzas tradicionales, tocaron sus instrumentos y reivindicaron su forma única de estar en el mundo, es decir, su cultura. No en términos de un retorno idealizado al pasado, sino para afirmar su identidad presente, con demasiada frecuencia despojada de derechos y signada por la discriminación de la sociedad global.

Unas 200 personas -muchas jóvenes, pero también "ancianos" de las comunidades- se dieron cita en Paraguay Córdoba. Allí desplegaron sus estandartes y la wiphala, la bandera cuadrada de siete colores que identifica a los pueblos originarios de América. Los atuendos coloridos y vistosos, las cajas, sikus, quenas, guitarras, charangos y bombos también dieron clima a la concentración.

Después desfilaron su dignidad por la peatonal, donde los transeúntes se detuvieron sorprendidos a mirarlos bailar, porque hubo varios altos donde las danzas y música -no siempre tocadas o bailadas sólo por jóvenes de las comunidades, sino también por simpatizantes- cambiaron por completo la rutina de la tarde.

Y al llegar al Monumento cumplieron con el emotivo ritual de la Pachamama, una ceremonia kolla que, con la sentida adhesión de otras comunidades, fue un fuerte ejemplo de convivencia ecuménica.

Los pibes de "La Ñusta" bailaron con música del altiplano.