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 domingo, 17 de abril de 2005  
Encierro prolongado después de la tragedia

Los internos del pabellón 11 de Coronda, donde se produjeron los ataques que derivaron en la muerte de diez internos, pasaron 96 horas encerrados en sus celdas, sin recreo, desde el momento en que asistieron a la matanza de sus compañeros de barraca.

"Una vez que las víctimas fueron asesinadas los internos del 11 fueron recontados y quedaron encerrados, sin poder salir de sus celdas. Quemaron colchones para que les dieran elementos para limpiar las manchas de la masacre", señaló Antonio Tesolini, de la Coordinadora de Trabajo Carcelario (CTC).

En su recorrida por Coronda, La Capital pasó el viernes a la mañana por el 11. En ese momento los internos estaban, precisamente, dentro de sus celdas, aporreando las puertas y quemando sus colchones, que asomaban por el pasaplatos de la celda.

"Que estuvieran encerrados en esa situación durante cuatro días es una cosa que no tiene nombre. Habían presenciado el asesinato de sus compañeros, escuchado sus gritos. Nos comentaron que siguieron todo ese tiempo con el olor propio de la falta de limpieza", señaló Tesolini.

La CTC pidió la intervención de los profesionales de la Dirección de Salud Mental para brindar atención urgente. "La experiencia que vivieron los coloca en un profundo trauma subjetivo. Y tras eso la única asistencia que recibieron fue que les pasaran la comida por el pasaplatos de la puerta cerrada de la celda", comentó el dirigente.

Los internos del pabellón 1, donde hubo otros cuatro muertos, también permanecieron encerrados tras la masacre, aunque no por un lapso tan prolongado.
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