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domingo,
17 de
abril de
2005 |
"El inquilino padece un estado de total desamparo"
El titular de la Unión de Inquilinos reclama medidas
En Buenos Aires funciona la Unión de Inquilinos de la Argentina, esta organización surgió en 1987, entre los desbandes de la Argentina hiperinflacionaria. En la capital alquilan 350.000 viviendas, un tercio de los habitantes de la metrópoli. El antecedente inmediato es la liga de consumidores, creada en 1965. Pese a ser un tema básico de usuarios las asociaciones de consumidores no siempre toman el tema.
Radames Marini es abogado y titular de la Unión de Inquilinos. Alquila un departamento 2 ambientes en Congreso por el cual paga $460. Para él los problemas de "techo" son básicos. "Hay una sensación térmica y una temperatura real. La sensación dice que los alquileres subirán pero ¿qué pasa cuando la gente no pueda pagar lo que le piden?", duda y sonríe. Para este hombre el inquilino es "un potencial propietario, casi una ilusión, por eso nunca toma conciencia de su estado de desamparo".
Para Marini, la resolución pasa siempre por la incomodidad. "La gente ahora cuenta la plata que tiene y, si no alcanza para dos dormitorios, se achica, se la rebusca como puede. A esto se agrega la incomodidad de garantías y esas cosas".
A la hora de las soluciones, Marini propone romper el mito de que el inquilino no paga."En los tribunales porteños sólo el 4% de los juicios son por desalojo, unos 1.500, de un mercado de 350 mil viviendas, la verdad que es una cifra ínfima. Ante esto se podría hacer un fideicomiso de garantías y romper un mercado negro de compra de garantías", señaló.
Esta idea consiste en generar un fondo de garantías que suplante al garante de alquiler, según el profesional no sólo bajarían los costos finales sino que también se regularía el mercado.
Es claro que la situación de los alquileres tiende a modificarse ante la falta de acceso al crédito hipotecario y los pequeños espasmos inflacionarios. Desde el primer semestre de 2003 a los primeros meses del 2005 los incrementos fueron del 68%. Pero seguramente el mercado dará la última palabra para quienes no tienen casa propia.
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