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 miércoles, 13 de abril de 2005  
Asonada. Inhuman hoy los restos del agente asesinado en el robo al súper Azul
Tres detenidos por el crimen de Navarro
Dos jóvenes de 21 años y un pibe de 15 habrían integrado la banda junto al maleante que fue hallado muerto

Eduardo Caniglia / La Capital

Diego Navarro, el joven agente que murió anteayer al resistir el robo en un supermercado de La Florida, había ingresado en la policía rosarina hacía 5 años. Paradójicamente, su decisión de revistar en la fuerza no estuvo motivada por una vocación profesional y sí en cambio por una necesidad laboral. El lunes a la noche, cinco balazos disparados por uno de los dos hombres armados que entraron a robar al autoservicio Azul de Ricardo Núñez al 500 terminaron con su vida. La balacera lo sorprendió cuando todavía no había tenido tiempo de reaccionar. Aun así, pudo arrojarse sobre una empleada para protegerla del tiroteo y gatillar su arma reglamentaria. Uno de los maleantes fue alcanzado por los disparos del policía y poco después hallado muerto en un Fonavi de la zona oeste. En tanto, ayer los pesquisas detuvieron a tres muchachos bajo la sospecha de integrar la banda que asaltó el comercio y apresaron a la concubina y a la hermana del ladrón abatido.

La noche del lunes, Navarro fue internado con perforaciones en la vena cava, el hígado, una pierna y el abdomen en un sanatorio privado. Allí fue operado y falleció unas tres horas después. Ayer, sus restos eran velados en una sala de Córdoba y Servando Bayo y hoy, a las 14.30, serán inhumados en el cementerio de Baigorria.

Todo se inició cerca de las 21.15 del lunes cuando dos sujetos -otros tres esperaban afuera- ingresaron armados al súper Azul. Uno de ellos fue hacia la caja y el otro sorprendió al policía que cubría un servicio adicional. El delincuente le disparó sin darle tiempo a reaccionar, a pesar de lo cual Navarro alcanzó a abrir fuego.

Cuatro de los siete proyectiles disparados por el agente con su pistola 9 milímetros hirieron a uno de los maleantes y, por los rastros de sangre, habría sido trasladado por lo menos una cuadra y media hasta uno de los dos vehículos en los que huyó la banda. Al parecer, los asaltantes se esfumaron en un Ford Falcon y en un Renault 18 que ayer fue hallado incendiado. "Presumimos que (el ladrón abatido) murió desangrado porque uno de los tiros le impactó en la arteria femoral", dijo anoche la jefa policial.

Poco después del robo, la policía encontró en el Fonavi de Teniente Agneta e Ituzaingó el cadáver de un hombre de 36 años. Fue identificado como Miguel Peralta y, según voceros policiales, "de acuerdo a la vestimenta que llevaba y los rasgos descritos por las víctimas del asalto", fue uno de los maleantes que atacaron a Navarro. En tanto, ayer a la tarde y en jurisdicción de la comisaría 14ª, fueron detenidos tres jóvenes, uno de 15 años y otros dos de 21, sospechados de integrar la banda.

Navarro tenía 26 años y había entrado a la Unidad Regional II en el 2000. Su primer destino fue en la Brigada de Orden Urbano. Después comenzó a patrullar las calles en los vehículos del Comando Radioeléctrico. Pero ya hacía algunos años, según contaron algunos familiares, que custodiaba el supermercado Azul de Ricardo Núñez al 500. No era la única sucursal de esa cadena comercial donde cumplía servicios adicionales. También lo hacía en otras y siempre "sin chaleco antibalas".

Su compañero en el móvil del Comando era un policía con 19 años de antigüedad en la fuerza. A través de él conoció a su novia. El uniformado, de nombre Carlos, ofició de enlace para que su hija, Brenda, de 23 años, y Navarro comenzaran un noviazgo. "Ayer se cumplieron 15 meses desde que empezaron a salir. Planeaban casarse y estaban juntando plata para comprar un departamento", recordó Patricia Nocera, la madre de Brenda.

El policía fallecido vivía en el Fonavi de Donado y Mendoza junto a sus padres y dos de sus 8 hermanos. La madre lo alentó para que se incorporara a la fuerza en uno de los habituales reclutamientos.

Al lado de Patricia, una de las hermanas de Navarro escuchó en silencio el diálogo con el cronista de La Capital. Sus ojos reflejaban el dolor por el deceso de Diego. Está partida por lo que considera una muerte absurda. "Lo mataron y sólo se llevaron 200 pesos" (del súper), se lamentó.

Cerca de las dos mujeres, uniformados del Comando Radioeléctrico y de otras dependencias desfilaron todo el día por la sala velatoria. Entre ellos el comisario Martínez, ex jefe del Comando Radioeléctrico y actual responsable de la comisaría 4ª.
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Al menos cinco delincuentes robaron el supermercado.

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