Entrevista con el dueño absoluto de los récords argentinos y sudamericanos de 5.000 y 10.000 metros y de media maratón

Atletismo: la estela de Antonio Silio

El mejor fondista argentino de todos los tiempos despunta el vicio a los 36 y entrena a los más jóvenes en España

Elbio Evangeliste / Ovacion

En el mundo del deporte hay personajes que transitan sin dejar demasiadas marcas. Otros lo hacen generando huellas difíciles de borrar. Claro que todo depende de la disciplina en la que se mueva. En el caso del atletismo hubo grandes deportistas que marcaron un hito. Uno de ellos fue Antonio Silio, un entrerriano que con el correr de los años se fue transformando en uno de los grandes emblemas de la vida deportiva de su país. De hecho, fue el mejor fondista argentino, con actuaciones descollantes que lo pusieron en el tapete de la elite internacional. El subcampeonato mundial en la media maratón en Newcastle, Inglaterra, en 1992, fue el momento de mayor esplendor en su dilatada carrera. No por nada es el recuerdo más feliz que esgrime, pese a sentir cierto grado de frustración “porque considero que podía haber dado un poco más”. Ni hablar cuando de su boca fluyen, aunque con sabores dispares, las referencias acerca de los dos Juegos Olímpicos (Barcelona 92 y Atlanta 96) en los que estuvo presente.

Sus primeros pasos en el atletismo requirieron de muchísimos esfuerzos físicos y económicos, pero hoy eso es exteriorizado como una de sus principales banderas. Su nombre se menciona con asiduidad no sólo por todo lo que representó, sino porque a pesar de sus 36 años sigue siendo el dueño de los récords argentinos y sudamericanos en las pruebas de los 5.000 (13m 19s), 10.000 metros (27m 38s) y media maratón (2h 9s).

El presente de Silio está en España (reside en Guadalajara) “entrenando a varios chicos”, además de seguir despuntando el vicio ya que “también salgo a correr”. Por supuesto que en este caso la sinceridad vale más que cualquier cosa. “Mi rendimiento no es el mismo que el de antes sino mucho menor, y eso todavía me cuesta reconocerlo, pero igual quiero seguir compitiendo. Lo que estoy viendo es que hay muchos chicos que vienen creciendo y que a la larga me van a ganar. Eso me duele un poquito pero es la realidad, además ellos se merecen seguir progresando”, reconoció sin sonrojarse.

—Te duele asumirlo, pero sos consciente de que este momento algún día iba a llegar.

—Lo que pasa es que uno se acostumbró al éxito, a ser primero. Yo estuve en Argentina más de 15 años sin perder una carrera con otro corredor de acá. Se sufre. . . No es fácil asumir que de un día para el otro vengan chicos y te empiecen a ganar, pero ojalá que salgan muchos más jóvenes y que puedan batir todos mis récords. Eso querrá decir que el atletismo argentino está mejorando.

—Concretamente, ¿cómo estás con tus tiempos a los 36 años?

—Nada que ver... Si estuviera igual que hace varios años, hoy podría ganar cualquier prueba con claridad, por supuesto sin desmerecer a los más chicos, pero en mis mejores épocas hacía menos de 2m 50s los 1.000 metros. Está claro que entrenaba de otra forma y tenía un entrenador muy riguroso, muy profesional, que siempre me inculcó que para el alto rendimiento había que machacar todos los días. En esto uno tiene que aprender que si no entrena, el que se jode es uno mismo.

—Más allá de que todavía sentís que estás en condiciones de seguir compitiendo, ¿qué cosas te dejó el atletismo en todos estos años de carrera?

—El reconocimiento de la gente cada vez que vengo a la Argentina, y eso que no lo hago tan seguido. Sin dudas, lo más lindo de todo esto es que la gente me valore.

—¿Y qué es lo que vos le dejaste al atletismo?

—Creo que le dejé la enseñanza de que para ser número uno hay que luchar mucho y dejar muchas cosas de lado. Está claro que los tiempos han cambiado y hoy la juventud está más proclive a las drogas, el alcohol. Eso en parte me cuesta entenderlo porque la situación económica fue siempre mala y por eso creo que con sacrificio se pueden conseguir muchas cosas. Por darte un ejemplo, yo comencé en el atletismo haciendo dedo, a mi primer torneo Nacional viajé gracias a que junté monedita por monedita. A la larga es lo más lindo que te queda. Por eso creo que para llegar a lo más alto tenés que dedicarle mucho tiempo.

Silio arriba a la meta en el maratón del Heca.