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domingo,
10 de
abril de
2005 |
Los cardenales, en silencio hasta el cónclave
No darán entrevistas a fin de prepararse para la elección del nuevo Papa, que comenzará el 18 de abril
Los cardenales que elegirán al futuro Papa acordaron ayer no hablar más con la prensa mientras preparan el cónclave que escogerá al sucesor de Juan Pablo II, en tanto miles de fieles volvían a sus países y Roma recuperaba su rostro habitual tras el funeral del Pontífice.
El vocero de la Santa Sede, Joaquín Navarro Valls, dijo que los cardenales decidieron por unanimidad no conceder más entrevistas ni hacer declaraciones a la prensa, para prepararse para el encuentro a puertas cerradas que comienza el próximo lunes 18 de abril y del que saldrá el nuevo Papa.
"Los cardenales iniciaron un período de silencio y oración. Decidieron unánimemente evitar las entrevistas y encuentros con los medios, y se invita a los periodistas a no pedir entrevistas ni encuentros con los cardenales", dijo el español Navarro Valls.
"Esto no debería interpretarse como un desprecio a la prensa, sino como un gesto de gran responsabilidad", aclaró el vocero.
Autoridades de la Iglesia revelaron esta semana que algunos cardenales se quejaron de las especulaciones de la prensa sobre el futuro Papa, por considerar que ésta podría influir en electores poco familiarizados con aquellos mencionados como papables.
La prensa italiana dijo que el cardenal alemán Joseph Ratzinger, decano del Colegio Cardenalicio y uno de los favoritos para suceder a Juan Pablo II, dijo que dar entrevistas no era una conducta adecuada para quienes tienen la tan difícil tarea de elegir a un nuevo Papa.
A los cardenales se les veda todo contacto con el mundo exterior una vez que entran al cónclave para elegir a un nuevo Papa, que en este caso comenzará el próximo lunes 18 de abril y que por lo general dura unos pocos días. Un total de 183 cardenales participarán del cónclave, pero sólo podrán votar los menores de 80 años, que son 117.
En tanto, mientras la Iglesia comienza nueve días de duelo oficial por la muerte de Karol Wojtyla, Roma y el Vaticano volvían a mostrar su ritmo y rostro cotidianos tras los masivos e imponentes funerales de ayer.
La plaza y la basílica de San Pedro fueron reabiertos ayer, luego de que la policía evacuara la explanada y bloqueara su acceso tras dispersar a grupos de polacos que permanecían en el lugar rezando bajo sus paraguas mientras caía una triste llovizna.
Los peregrinos, llegados a Roma desde todos los rincones de Europa -en especial de la Polonia natal de Wojtyla- y del resto del mundo, iniciaron un éxodo masivo de vuelta a casa.El ministro del Interior italiano, Giuseppe Pisanu, dijo que 1,4 millones de personas vieron los restos del Papa desde el lunes al jueves pasado. (Télam)
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