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domingo,
10 de
abril de
2005 |
Latinoamérica, con poca chance para la sucesión
Aunque América latina es el continente con más católicos del planeta (el 43 por ciento del total) pocos ven como muy probable que de allí salga elegido el nuevo Papa. La considerable pérdida de fieles católicos en manos de movimientos evangélicos que se da en Latinoamérica es uno de los pocos argumentos que se manejan en círculos eclesiásticos como algo a favor para que se escoja a un Papa de ese origen, a la vez que se especula con que sería difícil la elección de un estadounidense por la carga política que implicaría un Papa oriundo de la mayor potencia mundial. Fernando Varea, por ejemplo, es uno de los sacerdotes rosarinos que razona así.
El padre Rogelio Barufaldi, por su parte, recuerda que aun cuando se habla de que tras un papado tan largo como el de Juan Pablo II podría venir ahora un "Papa de transición", con poco tiempo de pontificado y continuidad de su antecesor, no siempre se dio así.
"No necesariamente un Papa de transición marca poco la historia de la Iglesia: Juan XXIII fue un Papa de transición y, si bien duró poco, cambió muchísimo las cosas. O León XIII, que también fue elegido así y sin embargo vivió mucho y transformó muchas cosas".
El sacerdote recuerda que "es público que Juan Pablo II no tuvo gran simpatía por la teología latinoamericana ni por los movimientos más fuertes de Iglesia y pueblo", y en cambio impuso una fuerte mirada eurocéntrica.
"Los italianos piensan que el sucesor del Papa debe ser un italiano. En lo personal, me gustaría una persona del Tercer Mundo que aportara una visión menos eurocéntrica", se sincera Barufaldi. De todos modos, dice, "es prudente pensar que después de un Papado tan largo y tan fuerte, a quien lo siga le va a costar introducir cambios".
Aunque sólo existen especulaciones, muchos medios de comunicación ya miran al cardenal alemán Joseph Ratzinger, de 77 años, alma máter del ala más conservadora de la Iglesia, como uno de los papables con más chances de suceder a Juan Pablo II.
"Cuando van al cónclave todos tienen posibilidad. Algunos tienen más prensa que otros y a veces sale elegido alguien que no figuraba entre los cardenales con mayores chances, así ocurrió con Juan Pablo II y con Juan XXIII", recuerda por su parte Varea, abriendo el abanico de la imaginación.
El coordinador del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos, Oscar Lupori, es más suspicaz. "Lo que harán ahora los cardenales es política eclesiástica, que es política con el mundo", sentencia.
"¿Usted cree que es algo ingenuo que vaya (el presidente de Estados Unidos, George) Bush a las exequias del Papa? ¿O que la Unión Europea no tiene formas de incidir sobre los cardenales? ¿O que algunos medios masivos, cada uno con sus papables, no hacen su juego político? ¿Acaso es creíble que los cardenales se van a encerrar como ocurría siglos atrás y no van a usar sus celulares?", se pregunta Lupori.
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