| sábado, 26 de marzo de 2005 | Opinión: Tienen la sensación de que les falta el aire Tulio Pianesi (*) (Especial para Ovación).- El habitante de la altura tiene un millón y medio de glóbulos rojos más que el que vive en el llano y como consecuencia mayor capacidad para transportar oxígeno a todo el cuerpo. Por ese motivo, los jugadores que van a La Paz tienen la sensación de que les falta el aire. La adaptación depende de la capacidad aeróbica de cada uno y las sensaciones que genera la altura son diversas. Parece que el aire estuviera enrarecido y en el organismo se manifiesta con dolores de cabeza y una coordinación mucho más lenta. Acerca de la posibilidad de utilizar tubos de oxígeno en el entretiempo del partido, es una solución momentánea. Llegar sobre la hora como lo hará Argentina es aconsejable si se considera que entre las 12 y las 24 horas de estadía es cuando más se siente el efecto de la altura.
La única manera de jugar de igual a igual es si se cumplen los 21 días de adaptación. Por mi experiencia hay que tener un planteo táctico austero y tener en cuenta pequeños detalles, como no apurarse en pelotas paradas para darle la posibilidad a los jugadores de recuperarse. Cuando estaba en Bolivia, la entrada en calor la manejaba un poco más larga haciendo hincapié sobre todo en la flexibilidad y no tanto en los cambios de ritmo brusco. Los jugadores de Bolivia que llegan del exterior no sufren tanto la altura. Si bien no tienen el período de adaptación suficiente, sí la aclimatación producto de una memoria fisiológica de cuando jugaban en La Paz. Por ejemplo, Ronald Raldes, estando en Oriente Petrolero viajaba 10 o 12 veces por año a La Paz y no va a sentir tanto la altura como le ocurrirá al que no fue nunca. Jugar a la tarde es otra contra. Si lo hicieran de noche, los futbolistas argentinos tendrían más oxígeno proveniente del agua del rocío y así se les facilitaría respirar. No veo mal que Argentina ponga un equipo B, pensando que a los pocos días enfrenta a Colombia. Jugar un partido bajo esas condiciones genera una gran fatiga y más si es un partido peleado. El desgaste se siente mucho en la parte muscular. El jugador exige los músculos dándole muchísimo menos combustible que el habitual y la recuperación es más lenta.
(*) Preparador físico de CAI, trabajó con Dalcio Giovagnoli en Oriente Petrolero y Jorge Wilstermann de Bolivia enviar nota por e-mail | | |