| sábado, 26 de marzo de 2005 | "Perdón si a veces pierdo la paciencia, pido que recen por mí" Subió al palco llevando con él la misma cruz de madera que muchos feligreses cargaron durante el vía crucis y la multitud estalló en un ensordecedor aplauso. Así, en lo alto, de sotana blanca y estola azul, se lo vio anoche a las 23.20 al padre Ignacio Periés. Desde allí y por espacio de media hora bendijo a todos, pidió y rezó por los enfermos, los desocupados, los jóvenes y su futuro, la familia, el Papa y su sucesor, por el cuidado del medioambiente y por quienes perecieron en el tsunami que afectó entre otros sitios a Sri Lanka, su lugar de origen. También pidió que recen por él porque según reconoció, "a veces" pierde la paciencia. Y al mejor estilo del presidente Néstor Kirchner, bajó y se mezcló entre la gente, que no paró de tocarlo, alentarlo, besarlo, empujarlo y hasta sacarle fotos con sus celulares.
Cuando aún no había llegado al palco el tercer grupo que peregrinó por las doce estaciones del vía crucis, el padre Ignacio comenzó sus peticiones. "Es que hace dos horas están caminando -explicó- y acá hay mucha gente enferma: con sida, cáncer, trasplantados, muchos que están entre la vida y la muerte". Para ellos invitó a rezar la primera tríada de plegarias; padrenuestro, avemaría y gloria, una de las tantas que vendrían sólo minutos más tarde.
Tras los rezos colectivos paseó al Cristo del madero por cada rincón del púlpito. La gente no dejó de ovacionarlo en ningún momento. "Perdón si pierdo a veces la paciencia, recen por mí para que siga teniendo fuerzas yo les prometo que rezaré por todos ustedes. Soy muy feliz", dijo en un momento y el aplauso aún sonó más fuerte que al principio. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Ignacio, nuevamente blanco del afecto de la gente. | | |