Mesa continúa en el poder pero no despeja la tensión en Bolivia

El presidente decidió seguir en el cargo. Sin embargo, políticos y analistas son escépticos sobre su futuro

La Paz. - La decisión del presidente Carlos Mesa de mantenerse en el cargo, después de que el Congreso rechazara su pedido de adelantar las elecciones generales, fue recibida ayer con escepticismo por varios sectores. Políticos y analistas advirtieron que la situación podría ser más difícil para el mandatario, ya que no despejó el clima de incertidumbre que ahoga a Bolivia desde hace dos semanas.

El presidente boliviano enfrenta ahora un panorama muy difícil, con un parlamento poco amigo y con unos movimiento sociales que están dispuestos a seguir batallando por lo que consideran sus derechos.

Mesa anunció la noche del jueves que seguirá gobernando hasta agosto de 2007, cuando está prevista la culminación de su mandato, pese a que el Congreso rechazó su pedido de anticipar las elecciones, al considerarlo "contrario" a la Constitución. "Quiero darle al país y al mundo la certidumbre que después de haber agotado todos los mecanismos que creía adecuados para encontrar soluciones, no voy a rehuir mi responsabilidad de quedarme como presidente constitucional de la república y cumplir con el mandato que tengo", dijo el presidente en su discurso televisado.

El líder cocalero y diputado Evo Morales, principal opositor de Mesa, declaró ayer que "no fueron las protestas ni el Congreso los que generaron tensión en el país, fue el propio presidente el que creó incertidumbre por una actitud infantil de renunciar y luego no renunciar", disparó.

"Es muy difícil su futuro político porque ha perdido credibilidad", dijo por su parte el senador Hugo Carvajal, del Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR), quien reconoció que el presidente de 51 años es, sin embargo, la "persona con mejor imagen en este momento para pode gobernar el país".

Carvajal opinó que la reciente "sobreexposición" de Mesa ante la gente y las cámaras, con el episodio de oferta de renunciar el 6 de marzo y la más reciente de pedir el adelanto de elecciones, le restó seriedad. "Se expuso mucho, balconeó demasiado, no sale del síndrome del comunicador, entonces ahora tiene que entrar en la lógica del gobernador", agregó el legislador, para quien el presidente "difícilmente" llegará hasta el 2007 en el cargo.

"El presidente tendrá que seguir gobernando con un Congreso al que ha desahuciado y con el que está enfrentado, y no hay razones para pensar que las protestas sociales cederán. Seguirá adelante en un clima de incertidumbre que él mismo ha creado", dijo el analista Jorge Lazarte.

Sin embargo, Evo Morales, que ha llamado a duros bloqueos carreteros en los últimos días, exigiendo que se cobre un 50 por ciento de regalías a las petroleras, ofreció ayer una tregua "por Semana Santa", aunque descartó que sus seguidores vuelvan a tomar rutas.

Acosado por protestas sociales, Mesa anunció el martes pasado su decisión de adelantar las elecciones para agosto, pero su pedido fue rechazado por el Congreso por unanimidad el jueves a la noche. Cuatro horas se tomó el mandatario para meditar en el Palacio de Gobierno si se iba o se quedaba, y convocó a políticos, militares, policías y a los obispos para escuchar sus reflexiones. Cerca de la medianoche, anunció que se quedaba.

"Mesa se ha abierto más frentes. Su fortaleza estaba en su credibilidad y autoridad moral, y ahora deberá seguir con los mismos problemas pero con la autoridad dañada", comentó Lazarte.

Hace once días, cuando el mandatario envió al Congreso su renuncia agobiado por las protestas, multitudes se congregaron en las calles para apoyarlo. Pero el jueves sólo un pequeño grupo se congregó frente al palacio para respaldarlo después de que anunció que continuaría en el cargo.

Mesa saluda con confianza. El panorama ahora es más complicado.