| sábado, 19 de marzo de 2005 | "El gran viaje" ganó el Astor de Oro en el Festival de Cine de Mar del Plata Mar del Plata.- La coproducción franco-marroquí "El gran viaje", de Ismael Ferrouji, que describe el reencuentro afectivo entre un padre y su hijo durante su peregrinación a la Meca, ganó hoy el premio Astor de Oro a la mejor película del vigésimo Festival de Cine de Mar del Plata.
Las expectativas que habían generado las dos películas argentinas en competencia, "Tatuado", de Eduardo Raspo, y "Un año sin amor", de Anahí Berneri, se vieron frustradas, ya que pese a la buena calidad de sus propuestas -tanto desde lo estético como desde su planteo temático- no obtuvieron ningún premio oficial.
Así, el Astor de Plata al mejor director recayó en la cineasta marroquí Yasmine Kassari, por su filme "El niño dormido", y el premio especial del jurado presidido fue otorgado a la película "Sueño amargo", del iraní Moshen Amiryoussefi.
El Astor de Plata al mejor largometraje de Iberoamérica recayó en "Casi dos hermanos", de Lucia Murat, el Astor de Plata al mejor guión fue para Bernd Eighinger, escritor de "La caída", y el Astor de Plata a la mejor actriz fue otorgado ex aequo a Emmanuelle Devos, por "La mujer de Gilles", y a Laura Linney, por "P.S.".
Una película que merecía un premio y no obtuvo ni siquiera una mención es el documental finlandés "Los tres estadios de la melancolía", de Pirjo Honkasalo, que muestra las cicatrices psicológicas que la guerra ruso-chechena provoca en niños y adultos, y advierte sobre un conflicto que podría perpetuarse durante muchos años más.
"El gran viaje", que también obtuvo el Astor de Plata al mejor actor (Mohamed Majd), es una road-movie sentimental e íntima que ilustra austeramente el breve pero intenso acercamiento entre un padre y su hijo, y describe una experiencia humana de profundo aprendizaje.
En este gran viaje a través de los afectos, dos mundos totalmente disímiles -el de un viejo musulmán profundamente religioso y el de su hijo, un joven frívolo y occidentalizado- se intercambian dudas y certezas, y se nutren de las virtudes y los errores del otro.
Dueña de una sencillez y una sobriedad admirables, la película describe la peregrinación que emprenden estos dos hombres desde Francia hacia la Meca, el símbolo máximo del islamismo, pasando por Italia, Eslovenia, Croacia, Bulgaria, Turquía, Siria, Jordania y, finalmente, Arabia Saudita.
El jurado presidido por Román Gubern e integrado por Robert Lantos, Franciso Lombardi, Leonor Manso, Hugh Hudson y Patrick Bauchau tuvo una tarea difícil debido a que los 18 filmes en competencia poseían un alto nivel artístico, más allá de la diversidad de sus temas y de las formas eclécticas elegidas para tratarlos.
En ese sentido, el premio a la mejor dirección que otorgó a la marroquí Yasmine Kassari, por su filme "El niño dormido", fue una buena decisión, ya que la cineasta demostró un gran dominio de la narración y una sensibilidad especial para mostrar los vínculos que se establecen entre las mujeres musulmanas cuando sus hombres se ausentan.
Tampoco se pueden hacer demasiados reparos a su decisión de entregar un premio especial a "Sueño amargo", del director iraní Amiryoussefi, que combina ficción y documental para mostrar la rutina diaria de un sepulturero real, que además lava cadáveres en un cementerio de Irán.
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