Garantías. Aseguran que con los trabajos realizados por la población ubicada dentro del anillo defensivo no correrá peligro

La crecida del río Salado desata una psicosis colectiva en Santa Fe

Se viven escenas de pánico en barrios del sector oeste. El gobierno dice que no pasará lo mismo que en 2003

Atilio Pravisani / La Capital

Santa Fe.- Un estado de alta tensión social en el sector oeste de esta capital se vive desde la madrugada de ayer a raíz de la crecida que viene registrando el río Salado. A partir de una versión alarmista sobre la supuesta ruptura del anillo defensivo se generó una verdadera ola de pánico, con gente que salió a la calle desesperada, que no durmió, y que en algunos se tradujo en escenas patéticas de llanto y gritos de angustia. No obstante, desde ámbitos oficiales se dice que estará por debajo de la del 2003.

Las heridas aún no cerradas y los trágicos recuerdos generaron una psicosis que se vio alimentada por una marcada falta de credibilidad hacia los funcionarios y algunas versiones interesadas.

Una oleada de llamadas telefónicas a los medios de comunicación locales terminó generalizando un estado de nerviosismo en toda la zona oeste de la ciudad, que recién comenzó a disminuir con los datos aportados desde la órbita oficial provincial y municipal al negar la posibilidad de que se repita el fenómeno que se produjo hace dos años.

En ese contexto, se pudo apreciar un avance del agua sobre las zonas de bañados del Salado, como es el caso del barrio La Tablada Vieja, y que comenzaban a sufrir inconvenientes los pobladores de los barrios bajos de la ciudad de Recreo, pero en todos los casos se trata de terrenos ubicados fuera del límite defensivo (ver aparte).

A la altura de la ruta 70 el río Salado tenía ayer 5,75 metros y se espera para hoy o mañana un pico de la crecida, que podría trepar a los 6,20 metros. De acuerdo a datos oficiales, la correntada por debajo del puente en esa ruta corre a unos 1.200 centímetros cúbicos por segundo, lo que representa entre un cuarto y un tercio por debajo de la velocidad de ingreso del agua que en 2003 alcanzó los 4.000 centímetros cúbicos por segundo.

A pocas horas de la llegada del pico de una crecida que se generó por las copiosas lluvias de los últimos días sobre la cuenca del Salado, el estado de situación -si bien se lo considera importante- presenta diferencias notorias con la inundación de hace dos años.

En aquella oportunidad la alta cuenca se encontraba saturada por precipitaciones de varios meses, todo lo contrario a lo que ocurre ahora, porque hay que tener en cuenta la cantidad de canales que se abrieron para permitir un rápido escurrimiento en caso de que se produzcan importantes lluvias.

Otro dato importante sobre el panorama en esta capital son los trabajos que en materia defensiva estuvo realizando el Estado, como los del murallón de la zona oeste que en toda su extensión contempla una altura de absoluta seguridad para los pobladores. La obra se extiende desde el hipódromo hasta más allá de la ruta 70, y tiene fecha de terminación en marzo de 2006.

En medio de este panorama, ayer un verdadero ejército de hombres y máquinas de la Dirección Provincial de Vialidad y de la empresa contratista apuraban las tareas para cerrar las brechas que aún están en ejecución, entre ellas las ubicadas a la altura de la calle Estado de Israel, en el desagüe del barrio Los Troncos, y unos 600 metros entre la avenida Teniente Loza y el terraplén de acceso del puente sobre las vías del ferrocarril.

La situación creada por las alarmistas versiones obligó al intendente Martín Balbarrey a convocar a una conferencia de prensa destinada a llevar tranquilidad a la población y a destacar que se está siguiendo de cerca el desarrollo del curso de agua a lo largo de toda su cuenca. La Municipalidad comenzó ayer a emitir cada seis horas un informe de la situación y anunció la construcción de dos estaciones de bombeo donde se está levantando el tercer tramo de la circunvalación.

El agua empezó a llegar a algunos barrios santafesinos.