 | viernes, 18 de marzo de 2005 | Acto para recordar un nuevo aniversario de la voladura de la embajada 13 años de silencio, dolor e impunidad El embajador israelí insistió en acusar al Hezbolá. El gobierno se comprometió a esclarecer el hecho A 13 años de la masacre de la embajada de Israel, el canciller Rafael Bielsa aseguró ayer que "la impunidad, más temprano que tarde será vencida", advirtió que el gobierno "no tiene compromisos" para encubrir el caso y ratificó la decisión "inclaudicable" de "averiguar quiénes fueron" los terroristas, "quiénes encubrieron y por qué lo hicieron".
Mientras, el embajador israelí, Rafael Eldad -quien era agregado cultural cuando ocurrió el atentado contra la sede diplomática, el 17 de marzo de 1992-, insistió en acusar a la agrupación pro iraní Hezbolá por el ataque y exigió aislar a los países que promueven el terrorismo.
"Quiero decirles -dijo Bielsa en su discurso- que este gobierno no tiene ningún compromiso, ni político, ni diplomático que lo obligue a seguir defraudando" las expectativas en torno a la investigación de este atentado.
La aseveración del canciller llegó momentos después de que el padre de una de las víctimas, Carlos Susevich, se preguntara desde el palco "qué compromisos políticos diplomáticos" habría para no esclarecer el tema y responsabilizara a gobiernos pasados y a los ex integrantes de la Corte Suprema de Justicia por la impunidad en la causa.
Sin embargo, Susevich resaltó que esa impunidad sigue vigente y denunció la seguidilla de distintos hechos discriminatorios que no son sancionados, como la profanación de tumbas a cementerios judíos, los cánticos racistas en eventos deportivos o el ataque a la casa de una artista plástica de origen judío a la que le pintaron la casa para echarla del barrio.
También destacó "las expresiones de neto corte racista, como las de monseñor (Antonio) Baseotto", el obispo castrense ratificado en su puesto por el Vaticano pese al reclamo del gobierno para que fuera removido.
"Si el Estado no castiga, la sociedad minimiza y el Estado no actúa, nuestro futuro está perdido", aseveró Susevich al finalizar su discurso. Y fue abrazado por la senadora y primera dama, Cristina Fernández de Kirchner, quien participó a Bielsa y al jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra.
A las 14.44, sonaron las sirenas frente a la plazoleta seca que se levantó en Arroyo y Suipacha, donde hace 13 años fue volada la sede de la embajada. Aunque oficialmente sólo se contabilizaron 22 muertos, se estima que las víctimas ascenderían a 29.
El primero en hablar fue Susevich, cuya hija integró la nómina fatal, quien advirtió desde el palco: "Tenemos demasiadas y abultadas facturas impagas de gobiernos anteriores, de la dirigencia política de entonces y de muchos integrantes de la Justicia, en especial de la anterior integración de la Corte que condujo la investigación a la absoluta nada".
No obstante, Susevich realzó "el fuerte compromiso" del presidente Néstor Kirchner "para reactivar la causa" y por la "creación de la unidad de investigación del atentado contra la Amia".
"Esperamos que algún día no muy lejano podamos conocer el resultado de investigaciones certeras que nos permitan saber quiénes fueron los autores y encubridores, y juntos, la sociedad, el Estado y la Justicia, los procese y les aplique el castigo que se merecen", recalcó.
El mismo reclamo tuvo el embajador israelí Eldad, quien tras destacar los "hechos auspiciosos" que hizo el gobierno sobre el caso Amia, exigió combatir al terrorismo "atendiendo los reclamos" de las víctimas y "aislando a los países que lo promueven".
En nombre del gobierno, Bielsa prometió que "la impunidad" en la causa "más temprano que tarde será vencida". Y aseguró que "el compromiso responsable" de Kirchner "es averiguar quiénes fueron, quiénes encubrieron y por qué lo hicieron".
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